Nairobi - “La corrupción es una putrefacción del corazón”. Con esta contundencia se expresan los obispos de Kenia al lanzar a su compaña anticorrupción que durará seis meses.
Como parte de la lucha contra la corrupción, entre otras cosas, la Conferencia Episcopal de Kenia ha decidido prohibir las donaciones en efectivo y aceptar solo las realizadas electrónicamente para rastrear a los donantes y evitar el dinero de dudoso origen.
Presentada a principios de octubre en el Santuario de Subukia, la campaña titulada “Rompamos las cadenas de la corrupción” se centra en una actividad educativa y de oración. Se ha preparado una oración para tal ocasión: “Padre que estás en el cielo y siempre provees a todas tus criaturas, para que puedan vivir como siempre quisiste. Has bendecido a nuestro país Kenia con enormes recursos humanos y naturales para ser usados en honor y gloria y para el bienestar de cada keniano. Estamos profundamente tristes por el uso incorrecto de estos dones y bendiciones a través de la corrupción, y por eso mucha de nuestra gente está hambrienta, enferma, sin hogar y desplazada, ignorante e indefensa. Padre, solo tú puedes curarnos de esta enfermedad que conduce a la muerte. Te rezamos humildemente, toca nuestras vidas y las de nuestros líderes para que podamos entender que la corrupción es mala y comprometernos a trabajar duro para eliminarla. A cada ciudadano que haya adquirido algo con medios corruptos, Señor, dale el espíritu de coraje para devolver los bienes robados y regresar a ti. Haz que los líderes temerosos de Dios nos cuiden y nos guíen en el camino de la paz, la justicia, la prosperidad, el progreso y, sobre todo, el amor”.
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