Bamenda - La violencia continúa en las provincias de habla inglesa de Camerún. Aunque en algunas áreas ha habido un cese de los enfrentamientos, en otros lugares la tensión sigue siendo muy alta. Las fuerzas del orden de Yaundé han establecido un sistema de represión que está golpeando fuertemente a la población. Las milicias separatistas responden con igual dureza. Los civiles viven con miedo. "En los últimos días en Bambui se quemaron muchas casas y aún continuan los enfrentamientos armados. Algunas personas han sido asesinadas. Las patrullas policiales asustan a la población, especialmente los ancianos que nunca han experimentado una atmósfera de tal tensión”, explica un religioso camerunés a Fides, pidiendo el anonimato para evitar represalias contra él y contra otros religiosos.
En ambas provincias, el conflicto lleva activo desde 2016. En aquel momento, el presidente Paul Biya proclamó que quería trasladar a los profesores de habla francesa a las escuelas de habla inglesa. Esta disposición fue la chispa que llevó a un choque muy duro entre las autoridades y las milicias que pedían la independencia de las provincias de habla inglesa. Hasta ahora, el conflicto, según un informe de la ONG Human Rights Watch, ha causado 1.800 muertes, más de medio millón de personas desplazadas y 35.000 refugiados en Nigeria.
La población no solo teme a la policía, sino también a las milicias separatistas. "La población - continúa el religioso-, tiene una actitud cambiante hacia ellos. En los últimos meses ha habido muchos secuestros de sacerdotes. Esto ha obligado a Andrew Nkea Fuanya, obispo de Mamfe, a cerrar tres parroquias en su diócesis. George Nkuo, Obispo de Kumbo, fue secuestrado. No solo las autoridades religiosas, sino también los civiles son secuestrados diariamente para pedir un rescate. Dicho esto, hay que decir que una gran parte de la población prefiere los milicianos a la policía”.
La tensión bloquea la vida social y económica de las provincias. “Los continuos enfrentamientos - continúa la fuente de Fides - hacen que las actividades de la sociedad civil sean imposibles. También en el campo económico las dificultades aumentan ya que la mayoría de las empresas han dejado de trabajar en la zona. Las dos provincias viven de la agricultura, pero ahora cultivar los campos es complicado, muchos campesinos han sido asesinados mientras trabajaban". ¿Las elecciones presidenciales y legislativas de 2020 cambiarán la situación? A este respecto hay escepticismo: “Algunos partidos políticos, como el Frente Socialdemócrata, la principal formación de oposición, se han retirado", continúa el religioso. "Tememos los fraudes durante la votación, o que explote la violencia. La Iglesia Católica continúa predicando que la violencia no puede conducir a soluciones positivas. Los obispos piden que se abra un diálogo. Ante las constantes amenazas, especialmente por parte de los separatistas, la Iglesia Católica busca acercarse a los jóvenes para educarlos sobre los valores de la vida"
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