AMERICA/ECUADOR - "La corrupción es un crimen que condena a muerte a los pobres": los obispos denuncian la corrupción de las autoridades
Quito - "Ante la escandalosa proliferación de casos de corrupción que involucra a nuestra sociedad ecuatoriana, justo en el momento en que nuestro pueblo sufre las graves consecuencias de la pandemia de Covid 19, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana desea expresar lo siguiente", comienza el carta pública que recibió Fides de los obispos de este país.
Se enumeran una serie de puntos de reflexión y denuncia, como la cercanía a las personas por la muerte de muchas personas que han sido abandonadas a su suerte; corrupción que daña directamente a los pobres sin tener piedad de su situación; el derecho a la vida en un país donde la salud se ha convertido en un comercio horrendo; La falta de recursos médicos debido a la mala gestión corrupta.
La CEE denuncia enérgicamente: "la corrupción es un delito que condena a muerte a muchas personas pobres" ... "le roba la esperanza a un pueblo que necesita trabajo y pan". Además, el texto continúa, "la corrupción es un pecado grave y un desorden moral incompatible con la fe cristiana".
En conclusión, los obispos recuerdan: "Todos debemos dar cuenta al final de nuestras vidas, incluso los corruptos tendrán que ir ante Dios. Precisamente por esta razón pedimos una investigación exhaustiva, caiga quien caiga, para poder devolver el dinero robado a nuestra sociedad, el pueblo que tienen dignidad no puede ser cómplice de la corrupción y la impunidad ".
Se enumeran una serie de puntos de reflexión y denuncia, como la cercanía a las personas por la muerte de muchas personas que han sido abandonadas a su suerte; corrupción que daña directamente a los pobres sin tener piedad de su situación; el derecho a la vida en un país donde la salud se ha convertido en un comercio horrendo; La falta de recursos médicos debido a la mala gestión corrupta.
La CEE denuncia enérgicamente: "la corrupción es un delito que condena a muerte a muchas personas pobres" ... "le roba la esperanza a un pueblo que necesita trabajo y pan". Además, el texto continúa, "la corrupción es un pecado grave y un desorden moral incompatible con la fe cristiana".
En conclusión, los obispos recuerdan: "Todos debemos dar cuenta al final de nuestras vidas, incluso los corruptos tendrán que ir ante Dios. Precisamente por esta razón pedimos una investigación exhaustiva, caiga quien caiga, para poder devolver el dinero robado a nuestra sociedad, el pueblo que tienen dignidad no puede ser cómplice de la corrupción y la impunidad ".