VATICANO - “La Iglesia es misionera por naturaleza”: hacia el Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019

La ocasión está viene por el centenario, el 30 de noviembre de 2019, de la promulgación de la Carta Apostólica “Maximum Illud” con la que el Papa Benedicto XV dio un nuevo impulso a la responsabilidad misionera de todos los bautizados para proclamar el Evangelio, deber de toda la Iglesia y no solo de hombres y mujeres religiosos, y reiteró que en el centro del compromiso misionero solo debe estar el Evangelio y su anuncio, eliminando cualquier otro aspecto cultural o económico.
La preparación de este Mes Misionero Extraordinario ha sido confiada a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y a las Obras Misionales Pontificias . Esta mañana, en la oficina de prensa de la Santa Sede, el cardenal Fernando Filoni, prefecto del Dicasterio misionero; el arzobispo Giampietro Dal Toso, presidente de las OMP; y el padre Fabrizio Meroni, secretario general de la Pontificia Unión Misionera , director del CIAM y de la Agencia Fides, presentó las propuestas preparadas para inspirar y apoyar el camino de las Iglesias locales y de todos los bautizados hacia esta cita.
De hecho, la actividad misionera es “el paradigma de toda obra de la Iglesia” y, a este respecto, las Conferencias Episcopales, las parroquias, las diócesis del mundo e incluso todos los movimientos deben estar “en un estado permanente de misión” porque “no hay un aspecto de nuestra actividad que no se refiera a la misión”, reiteró el cardenal Filoni.
El tema del MMS es “Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”, por lo tanto, la misión se entiende como una propuesta de fe que Dios le da al hombre. El arzobispo Giampietro Dal Toso explicó: “Podemos rechazar la misión solo como una propuesta de fe que parte de Dios, que viene a nuestro encuentro con su hijo Jesucristo y confía en la libertad del hombre. Dios no se impone, sino que propone”. Hablar hoy de “bautizados y enviados” significa que “cada bautizado en su pequeño puede ser un misionero, puede ser un instrumento de la propuesta que Dios quiere hacer al hombre, a través de su testimonio personal, a través de su oración y también a través de su ofrecimiento”, remarcó el arzobispo.
“El contenido de la misión, explicó el presidente de las OMP, es llevar el anuncio de Cristo que salva al hombre. La dimensión misionera es inherente al bautismo. Hoy en día, la misión no consiste únicamente en el movimiento tradicional Norte-Sur, que envía misioneros a tierras lejanas. Incluso hoy, en el presente de nuestras propias vidas, en nuestros países occidentales, testimoniar el Evangelio en nuestro estado de vida significa ser misioneros”.