Bishkek - El Centro Issyk, el hogar para niños kirguisos discapacitados y personas sin hogar a orillas del lago Issyk-kul, y gestionado por los religiosos de la Compañía de Jesús, se ampliará con la construcción de una nueva estructura. Así lo explica a Fides el sacerdote jesuita Anthony Corcoran, Administrador Apostólico de Kirguistán.
“El pasado 21 de octubre, junto con el padre Remigiusz Kalski director del Centro, bendijimos los cimientos del nuevo edificio que complementará al que ya existe. Es una estructura de dos pisos de 562 metros cuadrados que tendrá una sala de actividades y habitaciones para niños, voluntarios y trabajadores”, indica el Administrador Apostólico.
El proyecto consiste en la construcción de 11 habitaciones, una capilla, un almacén, 11 duchas y servicios de salud, todos con adaptaciones para discapacitados: “En el primer piso habrá habitaciones para niños discapacitados, sus padres y para empleados a tiempo completo. Las habitaciones en el segundo piso se asignarán a todos los demás niños, voluntarios y trabajadores temporales”.
Las actividades del Centro Issyk tienen lugar principalmente en el verano, cuando se organizan campamentos para niños discapacitados, huérfanos y pobres en colaboración con las instalaciones de asistencia social de Kirguistán. Además, cada año se organiza un campamento de astronomía. “Durante el verano pasado, ciento diez niños viajaron al lago Issyk-Kul para participar en nuestro cuarto campamento astronómico anual. Con los picos nevados hacia el sur y las cálidas aguas del lago hacia el norte, el ambiente era idílico”, explica el padre Corcoran. Los participantes fueron acompañados por sus profesores de física acompañados por el padre Adam Malinowski, un jesuita apasionado por la astrología, así como por voluntarios de Austria, Inglaterra, Francia y Alemania.
“Nuestra misión no incluía ninguna actividad espiritual ya que tanto los estudiantes como los maestros eran musulmanes, pero esto no hace que el trabajo sea menos importante. En el espíritu del Concilio Vaticano II, los cristianos estamos llamados a comprometernos y a ayudar a todos los hijos de Dios. Iniciativas como el campamento de astronomía son oportunidades para expresar el amor de Dios por cada persona, pasar tiempo con personas no cristianas, ayudar y presentar una imagen positiva de nosotros los católicos a personas que tal vez nunca hayan conocido a uno”, concluye el Administrador Apostólico.
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