Santiago – La Conferencia Episcopal de Chile exige un diálogo nacional amplio, participativo y diversificado sin exclusiones, y poner fin a la violencia de todo tipo. En un mensaje publicado el 12 de noviembre, como conclusión de la 119ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal celebrada en estos días en Cañas, los Obispos publicaron el mensaje con el título significativo: "¡Chile no puede esperar!".
"Por el bien de nuestro país, ¡acabemos con la violencia! Ante los informes de violaciones de los derechos humanos, muertes, lesiones, vandalismo, saqueos, destrucción de infraestructuras públicas y privadas, insistimos enérgicamente en que todo tipo de violencia cese" piden los pastores, recordando: "nuestra historia nos enseña el grave daño que la ruptura de la institucionalidad y la transgresión sistemática de la dignidad del pueblo han dejado en muchos conciudadanos y en el alma de Chile".
En el video de presentación del mensaje, enviado a Fides, se dice: "¡El respeto y el diálogo son urgentes hoy! En el escenario actual, en el que la nación ha sido invitada a una amplia reflexión sobre una nueva Constitución, es esencial El diálogo nacional sin exclusiones, amplio, participativo y diversificado, que incluya no solo a los protagonistas políticos, sino también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, debe involucrar movimientos y organizaciones sociales y laborales, siguiendo el canal institucional legítimo. La amistad cívica, la justicia y el respeto a las instituciones son la condición esencial para la convivencia y la reconstrucción del tejido social ", subraya el documento.
"¡Chile no puede esperar! Todos debemos hacer todo lo posible para derribar los muros que nos separan y construir puentes que nos permitan encontrarnos y construir un pacto social que nos lleve a un futuro con más justicia, paz y dignidad", concluye. El documento, que implora la bendición de la Virgen del Carmine, patrona de Chile.
La situación en Chile está degenerando en violencia incontrolada en algunas ciudades: ayer en Talca se incendió una oficina del gobierno y la iglesia de María Auxiliadora, donde quemaron imágenes sagradas, instrumentos musicales y los bancos de la iglesia. El pasado fin de semana la iglesia de La Asunción en Santiago fue saqueada.
Aunque el presidente Piñera ha propuesto tres acuerdos para resolver la crisis lo antes posible , las plazas no parecen calmarse. Ayer, una huelga general y algunas manifestaciones terminaron con actos de violencia gratuita contra oficinas gubernamentales y propiedades privadas en varias ciudades chilenas.
La Iglesia Católica ha estado trabajando durante algún tiempo en diferentes niveles para enfrentar esta crisis, sugiriendo una solución cristiana , pero desafortunadamente en este momento no hay voluntad de escuchar.
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