Río Gallegos – En el 500 aniversario de la primera misa celebrada en territorio argentino, en 1520, en la que ahora es la ciudad de Puerto San Julián, en Santa Cruz, el obispo de Río Gallegos, Jorge García Cuerva, ha celebrado en la sede del obispado este 1 de abril, la Eucaristía sin presencia de fieles. Las medidas adoptadas para contener la pandemia de Covid-19 de hecho, han forzado la cancelación de los eventos planeados para este aniversario .
El papa Francisco ha enviado una carta para expresar su cercanía. Aunque debido a la pandemia en estos días, la humanidad parece caminar "con rostro triste" como los discípulos de Emaús, escribe el Papa, Dios siempre está entre nosotros en el sacramento de la Eucaristía y nos anima a caminar. "La presencia de Jesús en la Eucaristía que, silenciosa y discretamente, nos acompaña desde hace más de 500 años – se lee en la carta del Papa -, es el sacramento de la alianza que Dios quiso sellar con su pueblo, con nuestro pueblo: Él está en medio nuestro alentando el caminar. Esta certeza que heredamos de nuestros padres y abuelos, es la reserva espiritual que acompañó, moldeó y forjó el alma de nuestra Nación y que queremos que geste también el futuro de nuestros hijos y nietos”.
Por su parte, en su homilía, el obispo se ha centrado en el Evangelio de los panes y los peces: “Al levantar los ojos, Jesús vio a una gran multitud que acudía a Él y los ve necesitados, los ve hambrientos”. En este tiempo de pandemia, ha continuado explicando el obispo, “las necesidades de nuestro pueblo parecen multiplicarse y, entonces, puede surgir la tentación de mirar para otro lado”. Por eso, el prelado anima a que “nuestra mirada sea reflejo de la misericordia de Jesús, que sigue eligiendo a los pecadores, a los descartables de nuestra sociedad”.
Ante esta pandemia, ante el sufrimiento, la soledad, la pobreza y las dificultades de tanta gente, el obispo plantea la pregunta: “Qué podemos hacer nosotros?”. “Podemos ofrecer ese poco que tenemos… Seguramente tenemos alguna hora de tiempo, algún talento, ... ¿Quién de nosotros no tiene sus «cinco panes y dos peces»? ¡Todos los tenemos!”, Y añade: "Si estamos dispuestos a ponerlos en las manos del Señor, bastarían para que en el mundo haya un poco más de amor, de paz, de justicia, de alegría. Dios es capaz de multiplicar nuestros pequeños gestos de solidaridad”.
Al referirse a la celebración, monseñor García Cuerva admite que: “Este 1 de abril esperábamos estar en San Julián, y allí vivir tres días de encuentro y celebración; ser muchos venidos de toda la diócesis y de otros puntos del país y del extranjero”. Luego subraya: “A 500 años de aquella gesta, nosotros le pedimos al Señor Eucaristía que nuestra vida también recobre el sabor, las ganas, el entusiasmo, y la entreguemos en el servicio a los hermanos más pobres, para que el sueño de Jesús sea una realidad; a civilización del amor, en la lógica de la fraternidad, en la lógica del dar, del encuentro en la diversidad; porque nadie se salva solo; como nos decía el Papa el viernes, todos estamos en la misma barca, en medio de la tormenta remando juntos; para después todos sentarnos a su mesa, la mesa de la Eucaristía, la mesa del Pan de Vida" concluye.
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