Beirut - “Nuestra primera preocupación es que nadie pase hambre, por lo que proporcionaremos a los pobres alimentos y medicinas; las familias sin ingresos mensuales tendrán prioridad", lo dice a la Agencia Fides el director de Caritas Líbano, el carmelita p. Michel Abboud, informando sobre la situación en el Líbano en estos tiempos de Covid-19. El religioso ha sido director oficial desde el 31 de marzo, pero lleva trabajando desde noviembre de 2019, cuando fue elegido durante la 53 asamblea de patriarcas y obispos católicos en el Líbano. Según los datos proporcionados a Fides por Caritas, hay más de 12.500 familias que necesitan apoyo y asistencia para sobrevivir. Actualmente, 1.200 voluntarios junto con 750 agentes de Caritas han distribuido más de 2.000 porciones de alimentos, viajando entre las diferentes regiones del Líbano.
“Desde el comienzo de la crisis relacionada con la emergencia del coronavirus, Cáritas ha lanzado un llamamiento a la solidaridad, poniendo a disposición una línea telefónica especial para recoger donaciones: el número de llamadas ha excedido las 33.000 en dos semanas”, señala el p. Abboud. El Líbano ha logrado contener el efecto devastador del Covid-19 al imponer el aislamiento del país durante más de un mes; sin embargo, la emergencia política y socioeconómica del país que lleva meses ejerciendo presión sobre las familias reducidas al límite de su capacidad, ha aumentado.
“Los centros de atención médica, ubicados en las zonas más pobres del país, continúan operando con horarios reducidos para garantizar el apoyo no solo a los libaneses sino también a los refugiados sirios y cualquier persona necesitada. Debido a la pandemia de Coronavirus y, posteriormente, a las medidas restrictivas impuestas por el estado, las clínicas móviles solo proporcionan medicamentos a quienes los reservan con anticipación, a la espera de poder volver a proporcionar los servicios médicos gratuitos interrumpidos por la emergencia", explica el director de la Agencia Fides.
Cáritas Líbano había comenzado muchas iniciativas y proyectos, en colaboración con varios organismos eclesiásticos, mediáticos y estatales, como recaudación de fondos y asistencia legal para los más marginados. “La crisis continuará, el dolor aumentará, la pobreza empeorará y Cáritas no podrá satisfacer las necesidades de todos. Pero intentaremos con todas nuestras fuerzas, alzando nuestra voz, pedir ayuda e instar a las personas de buena voluntad a llevar esperanza a todas las familias necesitadas", concluye el padre Michel.
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