Cochabamba - “La creatividad en el acompañamiento espiritual, de Religiosos, Sacerdotes, Diáconos, Agentes de Pastoral, con tantas expresiones, por distintos medios, han calado muy hondo en la Comunidad en general, en el Pueblo de Dios. Ha sido una manifestación de Iglesia en salida y de presencia viva en las periferias existenciales. ¡Gracias hermanos y hermanas de la Vida Consagrada por un testimonio tan hermoso!”: lo escribe Su Exc. Mons. Carlos Curiel, Vescovo ausiliare di Cochabamba, Responsable nacional de la Vida Religiosa, en un mensaje a los religiosos y a las religiosas de Bolivia, recibido en la Agencia Fides.
El obispo recuerda que “La Humanidad entera está aquejada por este azote, que ha golpeado, y sigue golpeando, la vida de tantos hermanos y hermanas nuestros, sin distinción alguna”. Ante esta realidad que nos envuelve, “en días de dolor, sufrimiento, angustia, ansiedad y temor”, nos preguntamos: “cómo me sitúo ante esta realidad, cómo puedo responder, qué puedo hacer”.
Recordando las palabras del Papa Francisco durante la oración y la bendición “Urbi et Orbi”
del 27 de marzo, Mons. Curiel señala: “Lo que está provocado la pandemia COVID-19, no puede paralizarnos. Si se creía que estábamos muertos o inertes; no es cierto, los hechos indican de que estamos vivos, con la gracia de Dios. Nuestra labor como hijos de Dios, de la Iglesia, es dar testimonio de que Jesús está entre nosotros, de que ha Resucitado, de que Dios es Vida y Esperanza nuestra. Sigamos dando este testimonio en nuestras Comunidades”.
Pastoral Social Cáritas, Comunidades Religiosas, en las distintas Jurisdicciones Eclesiásticas, han hecho posible el seguimiento y la atención a las Obras de Iglesia que asisten y acogen a las personas más vulnerables de nuestra sociedad ; todo esto, con el apoyo humano y económico de varias instituciones. “Sigamos adelante hermanos y hermanas – exhorta el obispo -. Abracemos la Cruz que adorábamos el Viernes Santo, y así abrazaremos las contrariedades de la vida que estamos viviendo. Vivamos en “Vigilia Pascual” para estar atentos a lo que el Espíritu quiere suscitar en nosotros. Es el único capaz de provocar y motivar a crear nuevos espacios y maneras de fraternidad, de acogida, de solidaridad. Que podamos, como las Santas Mujeres, asir los pies del Resucitado y lo adoremos, escuchando su voz que nos dice: “No teman”. Vayan y avisen a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán” . Descubramos la “Galilea” a la que tenemos que ir para ver al Señor”.
Por último, recordando que estamos en tiempo Pascual, el obispo invita a continuar, a pesar de los medios limitados, a ayudar a los más vulnerables y a mirar hacia el futuro con esperanza, “viéndolo como ocasión para seguir construyendo fraternidad y solidaridad, afianzados en nuestra Fe, la Oración y la Esperanza que no defrauda. Que Jesús Resucitado, su Espíritu, sea nuestra Fuerza, nuestra Esperanza, y nos dé la Sabiduría para saber situarnos ante esta realidad y responder con generosidad, desde nuestras posibilidades”.
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