La Eucaristía estuvo presidida por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, primado de México. La transmisión se realizó a través de medios de comunicación como la radio, televisión y plataformas digitales. Además de los países de América Latina y el Caribe al acto de consagración se unieron la Iglesia de Estados Unidos, Canadá y Filipinas.
La transmisión en facebook alcanzó cerca de cuarenta mil personas unidas de forma simultánea. El CELAM, de hecho, había invitado a todas las comunidades del continente a unirse espiritualmente a este acto, tocando las campanas y preparándose para la misa y la consagración con el rezo del rosario.
"En nuestros pueblos existe una profunda fe en la Santísima Virgen María, y siempre, en momentos críticos como epidemias, peste y guerras, hemos suplicado con confianza la protección materna de la Madre de Jesús", explicó el presidente de CELAM, recordando la aparición a San Juan Diego “Hoy venimos nuevamente sintiéndonos pequeños y frágiles ante la enfermedad y el dolor – dijo el obispo - para pedirte por toda la humanidad especialmente por tus hijos más vulnerables: los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes".
Mons. Cabrejos Vidarte destacó cuán indeleblemente imprimidas están en los corazones de los latinoamericanos las dulces palabras dirigidas a San Juan Diego: "No se turbe tu corazón por nada, ¿no estoy yo aquí, que soy tu madre?". Luego pidió a Nuestra Señora de Guadalupe "la salud y el fin de la pandemia" y concluyó diciendo: "En este momento difícil, vuelve a nosotros tu mirada y ábrenos la puerta a la salud, la esperanza y la alegría".
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