Kinshasa - “Nos aterra la posible propagación del covid-19 aquí en el Congo; no tenemos los medios ni las soluciones logísticas para hacerle frente y sería un desastre": así lo dice hablando con Fides, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, que está muy preocupado. Ni siquiera hemos tenido el tiempo de metabolizar la buena noticia de la liberación gradual de la pesadilla del Ébola, que atormentaba el país desde el verano de 2018, causando miles de víctimas, y ahora tenemos que lidiar con los primeros contagios por el coronavirus. “Existe un gran temor porque el número de personas infectadas aumenta día a día. Mi diócesis es la más afectada, la mayoría de los casos se concentran en la capital donde viven 12 millones de personas, pero tememos que también se extienda a otras áreas del país. En las noticias observamos lo que está sucediendo en Italia, España, América y no nos atrevemos a imaginar lo que ocurriría aquí si solo una pequeña parte de lo que sucede allí nos sucediera a nosotros". El cardenal Ambongo informa a Fides de las condiciones de pobreza y falta de preparación a las que se enfrenta el país. "El gobierno ha pedido limitar la circulación, lavarse las manos, quedarse en casa todo lo que sea posible, pero aquí, el lema ‘yo me quedo en casa’ en muchos casos no tendría sentido, porque las casas son precarias, en una habitación pequeña viven 10/15 personas, la gran mayoría de nuestra población vive en la calle todo el día. Además, no todos los núcleos tienen agua corriente y para lavarse las manos es necesario recorrer grandes distancias. En la ciudad se ve un poco menos de gente, pero estamos lejos de las medidas que serían necesarias. Como Iglesia, estamos dialogando con el Presidente de la República para encontrar soluciones, porque tememos que la indicación de quedarse en casa no funcione en la mayoría de las situaciones. También existe el riesgo de saqueo en el caso de epidemias masivas y hospitalizaciones, especialmente por parte de militares y policías".
Los cristianos de la República Democrática del Congo, más del 50% de la población , se están preparando para vivir la Pascua en una situación de gran incertidumbre y miedo. "Las iglesias están abiertas, pero está prohibida la afluencia de fieles. Se puede entrar para rezar, pero uno a la vez o con grupos muy pequeños, no más de 20. En Kinshasa podemos usar una televisión y radio católicas y transmitiremos todas las funciones. El problema estará en todas esas diócesis donde no hay tales medios".
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