Dushanbe – “No vivimos el tiempo de Adviento como de costumbre y no podremos celebrar la Navidad como otros años: de hecho, desde el pasado 23 de abril hasta una fecha aún por decidir, las iglesias, mezquitas y otros lugares de culto en Tayikistán están cerrados por razones de seguridad relacionadas con el Covid-19. No es posible organizar eventos o celebraciones con mucha gente, pero podemos salir libremente. Por eso, los sacerdotes siempre estamos en contacto con los fieles: los visitamos, cómo 'Iglesia saliente', encontrándonos con ellos en sus hogares. Intentamos cubrir todas las necesidades de los fieles, por ejemplo, comprando alimentos y medicinas, pero sobre todo llevamos los sacramentos como la Comunión y la Confesión. Muchos de nuestros fieles, a lo largo de los meses, han contraído el Covid-19 y nuestra presencia es fuente de consuelo. Desafortunadamente, no podemos organizar reuniones o celebraciones online porque Internet cuesta mucho en Tayikistán: la gente común no tiene conexión en casa y no tiene suficiente tráfico de datos en su teléfono. Por lo tanto, es casi imposible para ellos permanecer conectados durante la misa o el Rosario”. Así li explica a la Agencia Fides, el sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado, el padre Pedro Ramiro López, director de la Missio sui iuris de Tayikistán desde 2013.
Si las actividades parroquiales se han interrumpido para respetar el distanciamiento social, la pandemia no ha detenido las acciones caritativas de los católicos locales, llevadas a cabo por Caritas, el brazo operativo asistencial de la Iglesia tayika en apoyo de los últimos. De hecho, desde que comenzó la emergencia del Coronavirus, la Caritas local ha tomado medidas para garantizar un servicio de distribución de mascarillas y desinfectantes de manos a las personas sin hogar en la capital, Dushanbe. El servicio de asistencia a las personas sin hogar ya había comenzado antes de la pandemia, pero se ha intensificado con el avance de los contagios, especialmente entre los más pobres, que representan una gran parte de la sociedad: según una encuesta realizada en abril de 2020 por Asian Development Bank, de hecho, en todo el país, que tiene 9 millones de habitantes, el 27,4% de la población vive por debajo del umbral de pobreza.
Se ha lanzado un segundo proyecto en la ciudad de Qubodiyon, donde la Iglesia Tajik ha creado un nuevo centro contra la propagación del Covid-19 en apoyo de unas 20.000 personas, incluidos residentes locales, prisioneros y guardias de prisiones.
La comunidad católica de Tayikistán es muy pequeña, pero vive su fe de manera intensa y constante: hay alrededor de 100-120 fieles en la parroquia de San José en Dushanbe y otros veinte en la iglesia de Qurgonteppa, una ciudad a 100 kilómetros de distancia de la capital. Actualmente, los católicos de Tayikistán son asistidos por 3 sacerdotes argentinos del Instituto del Verbo Encarnado, 4 Hermanas Misioneras de la Caridad y 3 religiosas del Instituto de Siervas del Señor y de la Virgen de Matarà.
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