Maputo - Los recursos naturales de la zona son la puesta en juego en el conflicto del norte de Mozambique donde, coincidiendo con el inicio de la explotación de los yacimientos de gas y petróleo, surgió una rebelión que luego se convirtió en un grupo armado afiliado al Estado Islámico. Así lo afirma Su Exc. Mons. Luiz Fernando Lisboa, Obispo de Pemba, la diócesis de Mozambique en la provincia de Cabo Delgado, en el centro de la crisis.
Mons. Lisboa ha lanzado un llamamiento urgente a la Unión Europea y al ex colonizador, Portugal, para que revisen los términos con los que los países más industrializados se relacionan con países de economía frágil pero ricos en recursos.
“Portugal haría un gran favor si iniciara un debate en la Unión Europea sobre el uso de recursos en el mundo: ¿cómo estamos lidiando con la situación? ¿Qué tipo de nuevo colonialismo estamos practicando en relación a los recursos que existen en África y otros lugares más pobres del mundo?”, ha dicho Mons. Lisboa en una sesión online, promovida por organizaciones de la Iglesia Católica en Portugal.
El obispo de Pemba afirma que la Unión Europea puede hacer mucho “en términos de ayuda humanitaria” y debe actuar para descubrir “las causas de esta guerra, para ir a la raíz del problema”. “Las motivaciones económicas están en primer lugar” en el origen de los conflictos, porque, aunque el extremismo religioso es “un elemento importante, no es el principal”, ya que “las guerras estallan donde hay muchos recursos naturales”.
El gobierno de Mozambique tiene sus responsabilidades, recuerda el obispo porque “Cabo Delgado ha sido ignorado, ha sido dejado de lado por mucho tiempo. Y esta es una de las razones que ha ayudado a que los jóvenes se incorporen a los grupos rebeldes”.
Desde 2017 en la provincia de Cabo Delgado, la violencia perpetrada por los rebeldes ha causado 2.000 muertos y 600.000 desplazados.
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