Medellín – “Como pastores del pueblo de Dios, nos siguen preocupando las problemáticas que afectan a esta región del país. Constatamos que crece la destrucción ambiental causada por la minería irresponsable, se multiplica la presencia de actores armados y se incrementa la nefasta cadena del narcotráfico. Nos duelen las vidas que se pierden por la violencia. Lamentamos que la extorsión y otras formas de criminalidad se sigan convirtiendo en graves amenazas para la vida y el desarrollo de las comunidades”. Así lo afirman los obispos de los departamentos colombianos de Antioquia y Chocó en un mensaje publicado con motivo de la Navidad, recibido también en la Agencia Fides, en el que recuerdan que este año “ha sido particularmente difícil para toda la humanidad, debido a la emergencia sanitaria generada por el Covid-19” pero también subrayan la fortaleza y la solidaridad con la que las comunidades han afrontado las dificultades ligadas a la pandemia. “Damos gracias a Dios por los valores humanos, sociales y espirituales, así como por la riqueza de recursos naturales, que permanecen en los pueblos de Chocó y Antioquia, y que han permitido enfrentar los múltiples problemas que se les presentan a nuestras comunidades”.
Los obispos expresan su cercanía con las víctimas de los incendios, de las inundaciones y de los desastres naturales que han golpeado a estas poblaciones y ya que en muchos lugares continúa la emergencia, exhortan al pueblo colombiano a la solidaridad y a las instituciones estatales a seguir desplegando las acciones previstas para este tipo de situaciones.
“Consideramos que las raíces profundas de estas situaciones están en el olvido de Dios, en la pérdida de los valores y en la ausencia del horizonte del bien común” subrayan los obispos, exhortando junto con el Papa Francisco a “no dejarnos robar la esperanza”, y a preparar la Natividad del Señor en la que el Padre nos revela su amor y misericordia en su Hijo Jesucristo, que se hace hombre para nuestra salvación.
Los obispos, por tanto, invitan a todos a vivir la Navidad con fe y esperanza, según cuatro directrices: “Como un momento propicio para reflexionar en el sentido de nuestra vida y en el rumbo que le queremos dar; para hacer compromisos de cambio para el bien propio y de los demás. Como una oportunidad sin igual para fortalecer la vida de familia, porque en ella experimentamos la fuerza del amor, de la unidad, del perdón, de la ayuda mutua, de la comprensión, del diálogo, del cuidado de unos hacia otros. Como una fiesta de encuentro y fraternidad; no de bullicio, excesos y despilfarro. Pensemos en los hermanos que carecen de lo necesario para vivir, y acudamos a ellos con obras concretas de solidaridad. Esta es la vía correcta si queremos lograr que Colombia deje de ser uno de los países más desiguales del mundo. Como un momento privilegiado para asegurar la construcción de la paz en la justicia social. Este tiempo nos pide hacer una opción valiente y decidida para acabar con toda forma de violencia, de corrupción, de deshonestidad y de crimen”.
Por último piden la intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret para que “escuche la oración para que la celebración del nacimiento de Cristo sea luz para los pueblos del Chocó y de Antioquia, y abra horizontes de esperanza para sus comunidades indígenas, afrodescendientes y mestizas”.
Publicar un comentario