Lahore - Imran Masih, cristiano de 38 años de Faisalabad, condenado a cadena perpetua por blasfemia, fue absuelto hoy, 15 de diciembre, en el proceso de apelación ante el Tribunal Superior de Lahore. El tribunal ha anulado la sentencia de primera instancia que, en 2010, lo condenó a cadena perpetua. Así lo ha comunicado a la Agencia Fides Khalil Tahir Sandhu, un abogado católico que ha defendido a Imran, al igual que muchos otros cristianos paquistaníes acusados injustamente de blasfemia.
“Esta es una buena noticia para la justicia, para los cristianos, para el país. Estamos contentos por el resultado positivo del proceso que, finalmente, reconoce la libertad de una persona inocente. Pero por otro lado hay amargura: basta recordar que el caso ha sido sometido a más de 70 reenvíos judiciales. Imran estuvo injustamente encarcelado durante 12 años, no pudo saludar a sus padres, ambos murieron durante su encarcelamiento, perdió parte de su juventud en prisión por un delito no cometido”, dice el abogado a Fides.
Ante tales casos, el abogado Sandhu observa: “Debemos seguir luchando, a todos los niveles, para cambiar esta injusta ley sobre la blasfemia. Se ha abusado de esta ley durante demasiado tiempo y los cristianos a menudo son víctimas inocentes. Cabe señalar que hasta 1986 no hubo casos de acusaciones de blasfemia en Pakistán. A partir de 1986, cuando el general Zia-ul-Haq promulgó la ley, estallaron casos de blasfemia en casi todas partes. Pero la mayor parte de las acusaciones son totalmente falsas e instrumentales”.
Imran Masih se encuentra en prisión desde el 1 de julio de 2009. En enero de 2010 fue condenado a cadena perpetua. Los cargos en su contra eran totalmente falsos y fabricados. Un vecino lo acusó de quemar una copia del Corán. El joven fue víctima de una trampa: limpiando su tienda, quería deshacerse de algunos libros escritos en árabe y, por ello, había pedido a un vecino que los examinara, para comprobar si los libros no contenían temas de oración religiosos o islámicos. El vecino le aseguró que no era así, por lo que Imran Masih los quemó. Luego fue víctima de una denuncia por blasfemia, remitida por el mismo vecino, acusándolo de haber profanado e incinerado una copia del Corán.
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