Manila - Hoy más que nunca, en un tiempo de sufrimiento, precariedad, soledad generada por la pandemia, “es urgente proclamar el Evangelio con valentía en la vida diaria”, ha dicho Mons. Broderick Pabillo, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Manila. Según la información de la Agencia Fides, celebrando la Misa en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe en Makati, Manila, el 12 de diciembre, Mons. Pabillo remarcó: “Todo bautizado no debe avergonzarse de compartir la obra de Dios que cambió su corazón y su vida. No debemos avergonzarnos de anunciar a Cristo en nuestras palabras y en nuestro servicio a los demás”. Los cristianos, observó, “están llamados a vivir en la sociedad la fe inspirada en el Evangelio”, también y sobre todo en momentos de sufrimiento generalizado como los provocados por la pandemia en curso.
El Administrador recordó que en 2021, la Iglesia Católica en Filipinas celebrará el 500 aniversario de la llegada del Evangelio al país. La Conferencia Episcopal ha elegido la “Missio ad Gentes” como tema central para el próximo año, y Mons. Pabillo dijo al respecto que “la Virgen María es el modelo de la misión”.
El tema de la proclamación y la misión, central para toda la Iglesia en Filipinas el próximo año, también fue subrayado por el nuevo cardenal José Advincula, arzobispo de Capiz. El cardenal, según una nota enviada a la Agencia Fides, instó a los fieles a “convertirse en discípulos misioneros en medio de la pandemia”.
“Hay muchas formas de ser misioneros. Aunque la mayoría de nosotros estamos obligados a quedarnos en casa, todavía podemos cumplir con nuestro mandato de ser discípulos misioneros”, dijo. “A través de nuestras palabras, nuestras acciones y nuestro compromiso total con la fe, todos podemos predicar y dar testimonio del Evangelio a los que nos rodean, en el hogar, en el lugar de trabajo, en las escuelas y en nuestras pequeñas comunidades”, explicó el Cardenal. Los fieles no deben tener una actitud pasiva, considerándose a sí mismos sólo destinatarios de la catequesis y la instrucción, sino que “deben dar un testimonio alegre de su fe”. “No podemos ser sólo discípulos, debemos ser misioneros, llamados a anunciar la Buena Nueva de nuestra salvación al prójimo. Proclamar el Evangelio - subrayó el cardenal Advincula - no es solo tarea del clero y de las personas consagradas, o algo reservado a los púlpitos: es también tarea de los laicos y de todo bautizado, en su estado de vida. Este mandato misionero viene del mismo Cristo y fue vivido por los primeros misioneros que llegaron a Filipinas hace 500 años”.
“Los filipinos - concluyó - son conocidos en todo el mundo por su devoción y profunda fe católica. Son especialmente conocidos a través de los trabajadores migrantes y misioneros que sirven a la Iglesia en casi 200 países alrededor del mundo donde los filipinos están presentes”. Esta presencia capilar, en todos los continentes, se convierte para los fieles en una fructífera oportunidad de misión ad gentes en muchos contextos diferentes, en todo el mundo.
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