Timika - Con un fuerte llamamiento al diálogo y la reconciliación para resolver el conflicto en la región indonesia de Papúa, 147 sacerdotes católicos y pastores protestantes indonesios han firmado un “llamamiento moral a la justicia y la verdad al constatar que la violencia sirve sólo para dar lugar a nuevos problemas”. El llamamiento se hizo necesario a raíz de los repetidos episodios de violencia y las continuas violaciones de los derechos humanos perpetradas por las fuerzas de seguridad indonesias en la región oriental de Papúa y que han causado la muerte o herido a civiles y a los mismos servidores de las iglesias católica y protestante en esa zona del país con una gran presencia cristiana.
El llamamiento, enviado a la Agencia Fides, resume una larga lista de estas violaciones, respaldado por documentos y testimonios que han llevado a los sacerdotes a tomar una posición dividida en diez puntos y dirigida a las autoridades de la República y a las fuerzas de seguridad, pero también al gobierno local y a los distintos grupos involucrados en la violencia.
El texto cita el episodio del pasado 26 de octubre cuando Rufinus Tigau, un catequista católico del distrito de Intan Jaya, fue asesinado sin motivo por las fuerzas de seguridad nacional. En noviembre, después de que las investigaciones no aportaran justicia, los líderes de la Iglesia católica, incluido el cardenal Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, presidente de la Conferencia Episcopal de Indonesia , se reunieron con algunos importantes funcionarios de seguridad indonesios para instar al gobierno a aliviar las tensiones a través del diálogo.
En esa ocasión, los obispos plantearon el problema de la violencia que caracteriza la vida en Papúa, señalando que - como recuerda el llamamiento -, la actual intervención militar sólo está exacerbando la tensión, por lo que se pide la intervención del gobierno para detener “inmediatamente la violencia en Papua”. Pero a pesar de la solicitud de los obispos, los asesinatos, la violencia y las detenciones indiscriminadas no se han detenido.
Los 147 sacerdotes concluyen su llamamiento así: “Los pastores de toda Papúa estamos firmemente de acuerdo en la solicitud de un enfoque que tenga la primacía del diálogo: un enfoque que debe convertirse en una política nueva y digna para construir un Papúa que sea un lugar estable, justo, pacífico y próspero. Al mismo tiempo, expresamos nuestro rechazo y condenamos cualquier violencia en esta tierra”. El diálogo, dicen los sacerdotes que también se dirigen a la Conferencia Episcopal de Papúa, debe ser un “diálogo completo” porque sólo así se puede resolver el largo conflicto que afecta a Papúa. Tal diálogo, aclaran los firmantes del llamamiento, “no tiene como objetivo averiguar quién se equivoca y quién tiene razón, sino que busca verdades reales que lleven a todas las partes involucradas a la justicia y la paz. En la fe y la esperanza - añaden - creemos firmemente que el diálogo no mata, nunca hace daño y que el diálogo ciertamente no vuelve a la gente más estúpida. Es precisamente cuando utilizamos métodos incorrectos, como actos de violencia que no tienen humanidad, que entonces causamos heridas físicas y mentales. Cualquiera sea el motivo, cualquier violencia en forma de asesinato y matanza, así como el abandono de seres humanos creados por Dios, es un mal y un pecado enormemente cruel”.
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