En su mensaje, los Jefes de las Iglesias y comunidades cristianas de Jerusalén hacen algunas reflexiones espirituales sobre el misterio de la Natividad del Señor y sobre la luz que arroja este acontecimiento también sobre los acontecimientos de la actualidad. “Por la encarnación del Hijo de Dios, el Verbo hecho carne” leemos en el mensaje “el cielo y la tierra se unieron, y el Creador de todas las cosas, visibles e invisibles, fue envuelto en pañales y colocado en un pesebre”. Los Patriarcas y jefes de las Iglesias de Jerusalén recuerdan que incluso entonces los tiempos eran malos, y Jesús “nació en un tiempo de angustia, violencia, exclusión y pobreza. Él compartió con nosotros la carne humana y sus limitaciones, excepto el pecado, porque a través de Su pasión, muerte y resurrección, todos podemos tener vida y tenerla en abundancia. El regalo de Dios para nosotros en estos tiempos difíciles - comentan los firmantes del mensaje - trae esperanza, renovación y aliento a toda la creación, porque si Dios está con nosotros, entonces, ¿quién estará contra nosotros?”.
En el mensaje de Navidad, los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén también hacen referencia al reciente incendio provocado perpetrado el viernes 4 de diciembre en Jerusalén contra la Basílica de la Agonía, al pie del Monte de los Olivos. “La presencia de comunidades cristianas, junto con otras comunidades religiosas en Tierra Santa”, dice el mensaje, “sigue siendo una parte esencial del mosaico social, cultural y religioso de Oriente Medio. La reciente profanación de la Iglesia de la Agonía en Jerusalén no nos desanimará de continuar nuestra misión pacífica y nuestro testimonio cristiano”.
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