Lahore – El Adviento que se vive en la Arquidiócesis de Lahore está caracterizado por la oración, la penitencia y la caridad: así lo dice en un mensaje enviado a la Agencia Fides, el arzobispo de Lahore, Mons. Sebastian Francis Shaw, quien ha enviado una carta a los fieles de todas las parroquias y comunidades. El tiempo de preparación para la Navidad, subraya el Pastor, mientras atraviesa la tragedia de la pandemia, “será vivido con profunda fe, con humildad y sobriedad”. La comunidad, ha remarcado el arzobispo, “en estos meses marcados por la propagación del coronavirus y las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, está tocada por el sufrimiento y la precariedad: por eso organizamos una jornada especial de oración el pasado 8 de diciembre, en todas las parroquias y asociaciones eclesiales, como signo de esperanza y consuelo”.
Mañana, 15 de diciembre, está prevista una segunda jornada especial dedicada a la penitencia, que irá acompañada de la celebración del Sacramento de la Reconciliación. “Somos seres humanos, nos equivocamos y confesamos nuestras debilidades y pecados al Señor, pidiendo su misericordia y perdón, para que podamos permanecer en la gracia de Dios y bajo su protección, en estos tiempos difíciles”, explica el Arzobispo.
El día dedicado a la caridad en toda la comunidad diocesana será el 22 de diciembre: los fieles realizarán obras especiales de caridad y proximidad en beneficio de los más vulnerables y necesitados. El Arzobispo pide a todos que compartan sus bienes con el prójimo, animándolos a “ofrecer regalos y satisfacer las necesidades materiales y espirituales de los hermanos y hermanas en dificultad, para que la Navidad sea también fuente de alegría para ellos”.
Mons. Shaw afirma: “Dios ciertamente aprobará nuestros sacrificios y bendecirá nuestras acciones. Os pido a todos que realicéis este acto de amor”. Además, añade, “todo bautizado puede pensar también en su propia vida como un don de Dios, un don precioso que debe fructificar, devolviéndola a las manos del Señor”.
En este tiempo de Adviento, concluye el Arzobispo, “recemos juntos, intensamente, por el fin de la pandemia que aflige a la humanidad y para que podamos celebrar la Navidad con alegría, con fervor espiritual, compartiendo, en el auténtico espíritu de la Encarnación de Cristo Jesús, Dios con nosotros”.
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