ASIA/INDONESIA - Los católicos ante la masacre en Sulawesi: No al terrorismo y al odio religioso

Poso – “Debemos salvar a la nación de los peligrosos actos de terror. Condenamos cualquier acto de terror y de fundamentalismo religioso, la corrupción y la destrucción del medio ambiente”. Lo dicen las organizaciones católicas indonesias tras la masacre de Poso, en Isla indonesia de Sulawesi, donde cuatro cristianos del Ejército de Salvación, miembros de la misma familia, fueron asesinados el 27 de noviembre. Una víctima fue decapitada y otras fueron asesinadas a tiros. Después los atacantes quemaron sus cuerpos. Los cuatro campesinos cristianos fueron abordados por un comando del grupo terrorista Mujahidin Indonesia Timur . El líder del grupo terrorista Ali Kaliora ordenó a las cuatro víctimas que se arrodillaran. A continuación, las asesinaron y después quemaron los cuerpos además de una iglesia y varias casas.

La Organización de Mujeres Católicas de Indonesia , la Asociación de Intelectuales Católicos y la Organización de la Juventud Católica han expresado su consternación y preocupación por el ataque. Han pedido a las instituciones que intervengan rápidamente para salvar a la nación de estos peligrosos actos de terror. Los grupos católicos han condenado enérgicamente “las brutales acciones que afectan la vida humana y nublan la conciencia de la nación”. “Pedimos a toda la sociedad indonesia que tenga el valor de detener estos actos violentos y promover la unidad. Debemos participar activamente en romper la cadena de violencia e intolerancia”, asegura en un comunicado Karolin Margret Natasa, presidenta de la Juventud Católica.

El ataque terrorista en Sulawesi sacudió a la nación, provocando una amplia reacción en la sociedad civil de las organizaciones religiosas de diferentes creencias y una fuerte condena de los líderes políticos. El presidente de Indonesia, Joko Widodo, envió un mensaje a la nación advirtiendo de que “no hay lugar en suelo indonesio para actos terroristas” y anunció que había dado órdenes directas a la policía de rastrear a los autores de la masacre. “Estos brutales actos de terror están más allá de nuestra humanidad y civilización”, aseguró el mandatario al anunciar que el gobierno ayudará económicamente a las familias de las víctimas. Tales actos “tienen como objetivo causar terror y destruir la unidad nacional. Por eso deseamos permanecer unidos como nación para desmantelar estos grupos terroristas”.

Poso, en la provincia de Sulawesi Central, fue escenario de una gran violencia entre comunidades entre 1999 y 2001, entre cristianos protestantes y grupos musulmanes radicales. El conflicto se intensificó cuando los ex combatientes yihadistas indonesios de Filipinas e Irak se unieron a los musulmanes locales para hacer la guerra contra los cristianos. En diciembre de 2001, las partes beligerantes firmaron una tregua con el Acuerdo de paz de Malino.

Los ataques terroristas han continuado hasta el día de hoy, ya que algunos excombatientes agrupados ahora en el grupo Mujahidin Indonesia Timur todavía están en acción. En 2016, se creó la Tinombala Task Force con el fin de perseguir a los yihadistas y que logró matar a su líder Santoso, conocido como Abu Wardah. Le sucedió al frente de la organización Ali Kaliora que continúa perpetrando atentados como el de Poso.



Agenzia Fides
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