ASIA/MALASIA - Los jóvenes rezan por los trabajadores sanitarios y las víctimas del COVID-19

Sabah - Ofrecer plena empatía y solidaridad y todo el apoyo material, humano y espiritual a los médicos y profesionales sanitarios que están en la primera línea de batalla en la lucha contra la pandemia coronavirus. El alarmante aumento de los casos positivos está haciendo cundir la preocupación en la sociedad malaya. Se siguen aplicando además los bloqueos locales. Esta empatía y solidaridad forma parte de la iniciativa de los jóvenes católicos de la archidiócesis de Kota Kinabalu en el estado malasio de Sabah, en la isla de Borneo. Según ha podido saber la Agencia Fides, los jóvenes han querido manifestar su cercanía a los médicos, puestos a prueba en esta difícil situación, dando voz a los miedos e incertidumbres sobre el futuro de Sabah. El padre Paul Lo, párroco de la Catedral del Sagrado Corazón, preocupado por las condiciones de la población, fue quien tuvo la idea de organizar esta oración nocturna.

Los jóvenes, convocados por el sacerdote, abrazaron la iniciativa y, aprovechando el mes de octubre tradicionalmente dedicado por la Iglesia a la misión, en esta oración de la nocturna quisieron invocar juntos la protección de Dios a todos los trabajadores de la salud y por todos aquellos que se han visto afectados por el coronavirus.

La vigilia misionera, transmitida en vivo por las redes sociales, fue vista por más de 10.000 personas. Intervinieron dos médicos católicos que compartieron cómo están viviendo esta situación haciendo frente a la pandemia. Los dos ofrecieron sus testimonios y animaron a seguir los protocolos de salud del gobierno y a no dejar de rezar.

Una joven, Jennifer, compartió sus preocupaciones: “¿Cuándo podemos volver a salir?, ¿cuándo podremos volver a ir a misa? El coronavirus está revelando nuestros miedos, el miedo a la pérdida, la muerte, la incertidumbre, la inseguridad. ¿Todavía hay esperanza?”.
En esta trágica situación, todos recordaron bien las palabras del Papa Francisco, de que “hay que clamar al Señor y recordar que es Dios, no la obra humana, la única fuente de salvación y consuelo”.

El padre Paul Lo leyó un pasaje de la Biblia en lengua bahasa malaya y en mandarín, seguido de un silencio de diez minutos y el rezo del Rosario dirigido por los jóvenes.

Se ha rezado especialmente por los médicos, por aquellos que han contraído el virus, por todas las familias, por los sacerdotes y por todos los católicos, para que puedan continuar en su camino de santidad en este momento difícil. “Aunque nos sintamos impotentes y desanimados por todo lo que está sucediendo debemos seguir rezando porque es nuestra única arma en este momento. Debemos seguir esperando en Jesús”, explicó el padre Lo a la Agencia Fides.



Agenzia Fides
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