Brazzaville - Los obispos del Congo han celebrado su 49 Asamblea Plenaria Ordinaria del 12 al 18 de octubre de 2020 en el Centro Interdiocesano para las Obras , en Brazzaville, para reflexionar sobre la vocación y la formación sacerdotal, con el tema: “Seguidme, os haré pescadores de hombres” .
Los trabajos han tenido lugar bajo la presidencia de Su Exc. Mons. Daniel Mizonzo, Obispo de Nkayi, Presidente de la Conferencia Episcopal del Congo .
Entre los informes presentados, el del p. Alexis Tobangui, párroco de la parroquia de San Juan Bautista de Talangaï, se ha centrado en la "vocación sacerdotal hoy, en el mundo y en el Congo: aspectos sociológicos", profundizando la evolución de la percepción de la vocación en la historia social de la Iglesia católica. En África, con motivo de la publicación del Anuario estadístico de la Santa Sede, el número de sacerdotes en la Iglesia católica ha aumentado en un 80%, el de las religiosas en un 60% y el de seminaristas se ha cuadruplicado. Se trata de servir a Dios y a Cristo, salvar almas, pero algunas personas en África piensan que una vocación puede ser un medio de ascensión o promoción social. El padre Tobangui ha aclarado sus observaciones, basándose en el trabajo del cardenal Joseph Malula, arzobispo de Kinshasa en la República Democrática del Congo, publicado en junio de 1987, titulado: “Iglesias cristianas y política del vientre: compartir el pastel eclesial”, que es un retrato crítico de los jóvenes sacerdotes de su país, en particular el cardenal Malula en su libro deplora tres grandes tendencias de la nueva generación sacerdotal: la búsqueda exagerada del dinero, la vida fácil, la sed de poder ... Estas críticas siguen vigentes en nuestras diócesis en el Congo.
Al final de los trabajos, el arzobispo Daniel Mizonzo ha indicado que las diversas presentaciones realizadas por los ponentes han sido muy ricas de contenido. Será necesario hacer hincapié en la formación humana, espiritual, intelectual y pastoral para tener verdaderos sacerdotes a la altura de lo que quiere la Iglesia. Pero sobre todo, se debe realizar un trabajo de escucha y discernimiento en las parroquias estableciendo una comisión de acompañamiento a los seminaristas extendida a los laicos .
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