ÁFRICA/CONGO - Celebraciones por el 80 aniversario del Manifiesto de Brazzaville

Brazzaville - El 26 de octubre, la Basílica de Santa Ana del Congo acogió la Misa de inicio de las celebraciones del 80 aniversario de la “Declaración de Brazzaville-Capital de la Francia Libre”. La Misa, en la que se rezó por la paz en el Congo y África, fue presidida por Su Exc. Mons. Anatole Milandou, Arzobispo de Brazzaville, concelebrada por el Nuncio Apostólico, Su Exc. Mons. Francisco Gerardo Escalante Molina, por el Cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa, acompañado por el cardenal emérito de Kinshasa, Laurent Mossengwo, así como por los arzobispos y obispos del Congo y la subregión ACERAC . También participaron diversas autoridades administrativas, político-militares y fieles laicos, en su mayoría responsables de movimientos apostólicos, fraternidades, grupos de oración.
En su homilía, el arzobispo Víctor Abagna-Mossa de Owando dijo que “celebrar el 80 aniversario de la Declaración de Brazzaville-Capital de la Francia Libre, consiste en recordar el lugar excepcional que tenía la capital del Congo en ese momento en el que Francia, amenazada en su existencia, se unió para recuperar su libertad. Esto también se deriva del deseo de Brazzaville de demostrar que el soplo de libertad que se originó en África es un bien universal”.
Mons. Abagna-Mossa también dijo: “desde la década de 1960, nos hemos vuelto independientes, libres. ¿Qué significan para nosotros estos términos de libertad e independencia? Brazzaville la Verte, la capital de la Francia libre, ¿ha permanecido libre? Para mí, los países africanos no son independientes, al menos el Congo. De hecho, en un país que tiene madera, petróleo, hierro, manganeso, oro y más, ¿por qué no utilizamos todas estas riquezas a favor de cada uno de sus habitantes? Y es que a veces somos malvados: nuestro egoísmo, nuestra sed de enriquecimiento”, concluyó el arzobispo, invitando a todos los congoleños a trabajar por el bien del país.
Por su parte, el cardenal Fridolin Ambongo instó a los africanos a no perder el espíritu del manifiesto de Brazzaville, porque significa el rechazo de cualquier humillación o esclavitud por parte de individuos o grupos de otras naciones.
Después de la invasión de Francia por parte de los nazis, el general Charles De Gaulle llegó a Brazzaville el 24 de octubre de 1940, convirtiéndola en la capital del África francesa libre y de toda la Francia libre. El 27 de octubre de 1940, el general de Gaulle publicó el Manifiesto de Brazzaville en el que reafirmaba el deseo de la Francia libre de seguir luchando contra el nazismo recurriendo a los recursos del África Ecuatorial Francesa. Posteriormente, desde Brazzaville, las autoridades de Francia Libre, reconociendo la contribución de las tropas africanas a la guerra contra el nazismo, sentarán las bases para la descolonización de sus colonias africanas.



Agenzia Fides
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