ÁFRICA/NIGERIA - “Rechacemos las provocaciones e incitaciones al odio lanzadas a través de las redes sociales” insta el Arzobispo de Lagos
Abuja - “Durante días hemos sido testigos de una serie de provocaciones online y a través de las redes sociales de personas atizan el fuego de las divisiones étnicas y religiosas para crear confusión y caos y aprovecharse. Hay videos en los que se invita a la etnia igbo a abandonar las regiones del suroeste de Nigeria en 48 horas, otros en los que se habla de un centro ecuménico incendiado o de una mezquita atacada por extremistas. Todas estas noticias son absurdas o al menos no verificadas, pero basta con que circule por la red para crear más caos, algo que mi país, en este delicado momento, no necesita para nada. Por eso, como Arquidiócesis de Lagos, hemos optado por intervenir y hacer sonar la alarma”. Así explica Mons. Alfred Adewale Martins, arzobispo de Lagos, la decisión de emitir un duro comunicado de prensa contra los intentos realizados en las últimas semanas de avivar las tensiones interétnicas e interreligiosas que apuntan a agitar los ánimos y empujar hacia la confrontación.
“Como está escrito en el documento, estamos muy preocupados por esta situación confusa que complica o descarrila el camino hacia una nueva Nigeria. La Arquidiócesis de Lagos ha querido sumar su voz en la condena de este mensaje divisivo y dirigirse a los jóvenes para que no permitan que prevalezca el odio, especialmente en este momento”. La intervención de la Iglesia en la capital comercial de Nigeria llega en un período particularmente delicado para la ciudad y para todo el país.
La respuesta de la policía y la violencia desatada en las ocasiones de las manifestaciones organizadas por jóvenes en Lagos y en todo el país, para exigir la reforma de las fuerzas de seguridad, así como reformas radicales en el país, ha culminado el 20 de octubre, con tiroteos que han causado varios heridos entre los manifestantes y, según Amnistía Internacional, 12 muertos.
“Desde hace muchos años, la gente se queja de la actitud de las fuerzas especiales de policía”, explica el arzobispo. “Se impugnan la brutalidad, los excesos, las lesiones e incluso los asesinatos, así como la corrupción generalizada. En las últimas semanas, muchos jóvenes han salido a las calles para protestar contra la violencia y exigir reformas. Las manifestaciones se organizaron con mucho detalle y los jóvenes se portaron muy bien, de manera totalmente pacífica, llevaron y ofrecieron comida a todos los manifestantes que vinieron de todos los rincones del país y brindaron un servicio de orden. Le hicieron preguntas muy claras al gobierno que inicialmente las reconoció y prometió responder. Sin embargo, dado que la respuesta del gobierno tardó en llegar, las protestas continuaron hasta el 20 de octubre, día en que el ejército intervino disparando. Es importante distinguir las protestas pacíficas de la violencia y los saqueos que siguieron. De hecho, las manifestaciones se organizaron para decir no a la violencia. Ahora los enfrentamientos han cesado y también las protestas. Pero el gobierno no puede ignorar lo sucedido, y menos aún los heridos hospitalizados”, concluye.
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