ASIA/TURQUÍA - "Yo amo Turquía". Diez años del asesinato del obispo Luigi Padovese, un “hombre de comunión”

Roma – “"De Luigi Padovese, al igual que de San Juan XXIII, se puede decir que amaba Turquía y amaba a los turcos". Así lo ha subrayado fray Luca Bianchi ofmCap, Presidente del Instituto Franciscano de Espiritualidad de la Pontificia Universidad Antonianum, recordando al obispo capuchino, vicario apostólico de Anatolia, asesinado en Iskenderun por su conductor el 3 de junio de 2010. Fray Bianchi, que hoy dirige el Instituto presidido por Padovese durante 17 años, ha delineado con su testimonio personal, la figura de su hermano obispo, hablando de él, en la conmemoración organizada online por el Instituto Tiber con motivo del décimo aniversario de su muerte violenta.
Como ha dicho fray Luca Bianchi, Luigi Padovese, nutría un amor particular por Turquía, que comenzó mucho antes de su ordenación episcopal, comenzando de su pasión por los testimonios apostólicos y por los Padres de la Iglesia. "Él definía Turquía como la 'Tierra Santa de la Iglesia' – ha subrayado fray Bianchi -. Como Palestina es la Tierra Santa de Jesús, así hubo también según él, una "Tierra Santa" de la primera expansión del cristianismo. Basta recordar que Antioquía de Siria, actualmente en territorio turco, es el primer lugar donde los que seguían a Jesús fueron llamados cristianos".
La pasión y los lazos de Padovese con Turquía – ha continuado Bianchi en su testimonio -, se basaban en sus estudios patrísticos. Había sido el mismo, el arquitecto principal de los apreciados "Simposios" organizados en Éfeso San Giovanni, y de los de San Pablo en Tarso, Antioquía e Iskenderun. Reuniones de alto nivel , a las que asistieron exegetas, teólogos y académicos conocidos en todo el mundo, y que durante muchos años representaron un momento importante también para las comunidades cristianas locales. Su nombramiento como Vicario de Anatolia – ha recordado el Decano del Instituto de Espiritualidad Franciscana -, llevó a Padovese a madurar la idea de comenzar el "Simposio de Anatolia", el primero de los cuales habría tenido lugar en junio de 2010, es decir, unas semanas después de su asesinato. Hubiera sido una oportunidad para confirmar y enriquecer su amor por los Padres de la Iglesia que vivían en la Turquía de hoy, comenzando por los Padres Capadocios y Juan Crisostomo, del cual – ha recordado el profesor Bianchi - Padovese había tomado también su lema episcopal ‘en Caritate Veritas’ .
En respuesta a las preguntas planteadas por Cenap Aydin, Director del Instituto Tiber, el profesor Bianchi ha descrito los rasgos espirituales "franciscanos" de Padovese: “Se puede decir que era un hombre de diálogo en muchos niveles, capaz de tener relaciones amistosas con todos los profesores, también musulmanes o no creyentes, que asistían al simposio. El primer diálogo era precisamente el de nivel humano, de búsqueda de la verdad como camino común. Luego, Padovese también era un hombre de diálogo ecuménico: estaba abierto al viaje ecuménico común con otras confesiones cristianas, fue uno de los promotores del simposio de eruditos católicos y ortodoxos organizados con la Facultad de Teología Ortodoxa de Salónica, y también era amigo personal del Patriarca ecuménico Bartolomé I, que después de su muerte dedicó palabras muy hermosas hacia él. También estaba interesado en el diálogo interreligioso y forjó amistades con muchos líderes musulmanes, como con el profesor Kenan Gürsoy, quien fue embajador de Turquía ante la Santa Sede. Pero la palabra que más me gusta usar sobre él es la palabra 'comunión', que es algo más que diálogo. El diálogo es la posibilidad de relacionarse, la comunión es la posibilidad de amarse en una relación iniciada por el diálogo. No solo para conocerse y estimarse, sino también para amarse. Y Luigi Padovese, era un hombre de comunión”.
Luigi Padovese nació en Milán en 1947 en una familia originaria de la región del Véneto, ingresó en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos a la edad de 18 años. Fue ordenado sacerdote en 1973, después de obtener su doctorado en la Pontificia Universidad Gregoriana, desde 1982 fue profesor de patrística e historia de la espiritualidad en el entonces Pontificio Ateneo Antoniano. En 1987 se convirtió en presidente del Instituto Franciscano de Espiritualidad, una institución que había dirigido y "formado" durante 17 años. En 2004 fue elegido vicario apostólico de Anatolia. El 3 de junio de 2010 fue asesinado a puñaladas por su conductor, Turk Murat Altun, de 26 años. La ceremonia fúnebre, presidida por el cardenal Dionigi Tettamanzi, tuvo lugar el 14 de junio de 2010 en la Catedral de Milán.


Agenzia Fides
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