Johannesburgo “Desde que el país entró en la tercera fase de confinamiento por el COVID-19, ha habido una ola de violencia de género y de feminicidios que condenamos firmemente y sin reservas”, afirma la Comisión “Justicia y Paz” de la Conferencia Episcopal de África del Sur en un comunicado recibido por la Agencia Fides. “Justicia y paz” pide un enfoque innovador para luchar contra la violencia de género tomando como modelo “la respuesta a la pandemia de COVID-19 que ha contado con la participación de los departamentos gubernamentales, el sector económico, la sociedad civil y los ciudadanos comunes en el esfuerzo por bajar la curva de contagios”.
Los obispos señalan que si los departamentos gubernamentales, el sector empresarial y la sociedad civil han podido poner en común recursos financieros y, junto con los ciudadanos comunes, cumplir con rigurosas medidas de distancia física y social en la lucha contra el COVID-19, entonces “somos de la opinión de que es posible que dicho enfoque pueda usarse en la lucha contra la violencia de género y el feminicidio”.
Los obispos afirman que la Iglesia debe hacer su parte y han invitado a todas las parroquias a predicar el claro mensaje de que Dios dice “No” a la violencia infligida por los hombres contra las mujeres y los niños.
“Dios creó todo nuestro ser: corazón, mente y cuerpo. Esos cuerpos que son atacados son amados por Cristo. Estos cuerpos siguen siendo preciosos. Dios está profundamente afligido cuando infligimos violencia de género a alguien. Creemos que la recuperación de personas violentas es posible. El cambio es posible. También debemos trabajar para curar a las víctimas. Nuestro trabajo debe ser educar y prevenir la violencia de género. Nosotros como Iglesia hemos contribuido a este flagelo a través de nuestra negación, nuestro silencio, nuestra resistencia y nuestra falta de preparación”, continúa el comunicado.
Antes de la pandemia de COVID-19, la violencia doméstica en Sudáfrica ya estaba en un nivel muy alto. En la primera semana del bloqueo, la policía recibió más de 87.000 denuncias de violencia de género. Obligar a las víctimas y a los perpetradores a permanecer en los mismos límites físicos ha aumentado el número, la frecuencia y la intensidad de los episodios de violencia doméstica y abuso. Al menos 21 mujeres y niños han sido asesinados en Sudáfrica durante el encierro, cinco de ellos en junio.
La semana pasada, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, calificó la violencia de género como una “segunda pandemia” en el país donde el COVID-19 ha contagiado a más de 97.000 personas causando la muerte de 1.930.
“Como país, estamos en medio de no una, sino dos epidemias devastadoras. Aunque son muy diferentes en su naturaleza y causa, ambas pueden superarse si trabajamos juntos, si cada uno de nosotros asume la responsabilidad personal de nuestras acciones y si cada uno de nosotros se ocupa de cuidar a los demás”, dijo el Presidente 17 de junio.
“Es con gran pesar que me presento ante las mujeres y niñas de Sudáfrica esta tarde para hablar sobre otra pandemia que está ocurriendo en nuestro país: el asesinato de mujeres y niños por parte de hombres en nuestro país. Como hombre, como esposo y como padre, estoy conmocionado por lo que no es otra cosa que una guerra contra las mujeres y los niños de nuestro país”, agregó Ramaphosa. “En un momento en que la pandemia nos ha dejado a todos vulnerables e inciertos, la violencia se desata sobre las mujeres y los niños con una brutalidad que desafía la comprensión. Estos violadores y asesinos caminan entre nosotros. Están en nuestras comunidades. Son nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos y nuestros amigos; hombres violentos sin ninguna consideración por la santidad de la vida humana”.
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