ÁFRICA/MOZAMBIQUE - “Pongan fin a la atrocidad y la violencia en Cabo Delgado”: llamamiento de los obispos

Maputo – “Poner fin a las muchas atrocidades y actos de verdadera barbarie” perpetrados en la región de Cabo Delgado: este es el apelo de la Conferencia Episcopal de Mozambique al concluir su primera Asamblea Plenaria, celebrada del 9 al 13 de junio, en el seminario de Sant'Agostinho da Matola, cerca de Maputo.
Al final de los trabajos, los obispos han emitido un mensaje dirigido en particular a los fieles de Cabo Delgado quienes, durante tres años, han sido víctimas de ataques de las milicias islámicas. Miles de personas han sido asesinadas por estos ataques y más de 200.000 habitantes del área se han visto desplazados - denuncian los obispos -, una situación dramática, evocada también en el mensaje del Papa Francisco “Urbi et Orbi” del domingo de Pascua.
“Es urgente que se dé una respuesta a esta tragedia - afirman en su mensaje -. Es necesario intervenir en las causas del conflicto a través de la promoción de proyectos de desarrollo y la provisión de servicios esenciales, como los relacionados con la salud y la educación”.
El fuerte llamamiento de la Conferencia Episcopal de Mozambique se produce poco después del ya lanzado por los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Nampula, en el norte de Mozambique, del que forma parte Cabo Delgado .
“Los ataques comenzaron hace unos dos años y medio, pero últimamente han adquirido un ritmo y una dimensión terroríficos, con ‘varios ataques simultáneos’, en aldeas alejadas, lo que hace que sea aún más difícil para la policía y los militares de Mozambique intervenir”, explica Su Exc. Mons. Luíz Fernando Lisboa, Obispo de Pemba.
Según el arzobispo Pemba “en lugar de conquistar el territorio con la fuerza de las armas, estos hombres con los rostros cubiertos causan estragos, con el objetivo de obligar a las personas a huir de las aldeas donde viven. Desde los primeros ataques, el patrón ha sido el mismo: “Quemar casas, matar gente brutalmente, cortar cabezas”.
El obispo de Pemba garantiza que, en Cabo Delgado, “todas las religiones se llevan bien” y que los líderes islámicos “desde el principio dijeron que no tienen nada que ver con los yihadistas. La región es rica en recursos de hidrocarburos, pero debido a la violencia de los yihadistas hay 25 mil millones de inversiones bloqueadas solo en el sector del gas natural.
En su mensaje, los obispos recuerdan la difícil situación causada por las medidas de confinamiento para contener la pandemia de COVID-19. ¿Cómo podemos vivir la fe en este contexto? La CEM se enfoca en la familia, la “Iglesia doméstica” que en este período ha visto muchos momentos de oración en casa. Igualmente importante es el relanzamiento de los medios de comunicación como instrumento de evangelización, junto con el compromiso de todos de ser cada vez más una “Iglesia samaritana, misericordiosa, cercana a quienes sufren y a las personas afectadas por la pandemia”.
La CEM también lanza un llamamiento para “no estigmatizar a los pacientes de COVID-19, sino a ser solidarios con ellos”. “Es necesario - escriben los obispos -, mostrar igual atención a las personas más pobres, cuyas condiciones han empeorado con la crisis sanitaria”. Por otro lado, la CEM reafirma su compromiso en el sector social, realizado a través de Caritas, y la intención de querer formar un grupo de trabajo “en contacto permanente con el Ministerio de Salud” para establecer métodos y horarios para la reanudación de las celebraciones litúrgicas públicas.


Agenzia Fides
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