Port Moresby - Araimiri sigue siendo el lugar donde los primeros misioneros salesianos implantaron el carisma salesiano en suelo melanesio, escribe a la Agencia Fides el director de la oficina de comunicaciones de la conferencia episcopal de Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón, el p. Ambrose Pereira, SDB, con motivo de la celebración del 40 aniversario de la presencia salesiana en Papúa Nueva Guinea, precisamente en Araimiri, Provincia del Golfo.
Animada por el lema “honrar el pasado, celebrar el presente, imaginar el futuro”, la celebración eucarística fue presidida por el obispo de Kerema, Mons. Peter Baquero, quien durante su homilía instó a la congregación a reconocer la presencia de Dios en Araimiri y, sobre todo, a seguir las enseñanzas de Don Bosco en todo lo que hacen.
“Hemos querido dar gracias al Señor, entre alegría y gratitud, por el don, dedicación y compromiso de estas cuatro décadas de presencia salesiana en Araimiri”, dijo el p. Dominic Kachira sdb, hablando durante el evento. “La pandemia de COVID-19 ha limitado los preparativos y el número de participantes en las celebraciones”, agregó el rector, el padre Pankaj Xalxo sdb. Después de conducir un camión durante 7 horas para estar presente en el evento, la Hermana Carmencita Rodríguez, FMA, subrayo con gran énfasis: “las celebraciones han estimulado mi celo misionero”.
El 14 de junio de 1980, junto con el padre Provincial, llegaron a Araimiri, el p. Valeriano Barbero, el p. Rolando Fernández y el coadjutor salesiano Joseph Kramar, verdaderos pioneros de la misión. En su intercambio personal, el p. Barbero quiso recordar que cada salesiano no debe sentirse extranjero sino uno con el pueblo. El misionero instó a todos a rezar por su inminente regreso a Papúa Nueva Guinea.
Ocho sacerdotes salesianos estuvieron presentes en el evento, cinco de los cuales representaron a toda la Provincia, además de otros hermanos salesianos, hermanas salesianas, de Caritas, Canosianas y misioneros de la Inmaculada Concepción, así como miembros de la familia salesiana, alumnos del pasado, estudiantes y amigos.
Tradicionalmente bien acogida por la gente, la misión salesiana trabaja con los pobres y marginados.
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