Kinshasa – Desde UNICEF nos llega la fotografía despiadada que retrata la condición de la infancia congoleña haciendo que emerja como una de las más preocupantes del mundo. Las décadas de guerra e inestabilidad política, la pobreza endémica , el éxodo continuo de decenas de miles de familias y las epidemias, son todas ellas situaciones terribles y los niños pagan las mayores consecuencias. Más de cien denuncias de violaciones graves de los derechos del niñ han llegado a la agencia de las Naciones Unidas desde principios de año, mientras que la gran mayoría de las 200.000 personas que desde enero a hoy huyen del país son menores de edad. “Mientras todo el mundo, incluido el Congo, estaba lidiando con el coronavirus – explica Gaspare Di Vincenzo, un misionero comboniano en Butembo, al norte de Kivu, a la Agencia Fides – aquí la guerra continuaba sin problemas, es más, ha empeorado. Desde las áreas del norte de Kivu e Ituri llegan noticias de masacres y de lo que nos dicen los profugos, entre los cuales se encuentran algunos de nuestros laicos cuyas familias han sido masacradas, las milicias acampadas en la frontera con Uganda están destruyendo todo y cazando a los civiles para apropiarse de sus casas y tierras en esa área que es conocida por ser muy productiva. En este momento hay 2.500 familias que han encontrado refugio aquí con nosotros en Butembo, y están acogidas por familias locales cuya situación, como se puede imaginar, es de extrema precariedad. Nosotros, los misioneros combonianos, tratamos de satisfacer sus necesidades básicas gracias a la ayuda que nos brinda Italia, Caritas está en gran dificultad y no puede intervenir. Obviamente, como informa UNICEF, los primeros en pagarlo son los niños. Además de haber perdido a familiares y haber sido testigos de violencia, sufren de desnutrición severa. Aquí damos acogemos a unos cincuenta huérfanos y niños de la calle, pero la situación de la infancia en nuestro país es dramática”.
La condición de los niños, sin embargo, no es la única mala noticia reciente. El virus del Ébola, cuyos brotes en las regiones orientales acaban de declararse definitivamente resueltos después de más de dos años, como un pájaro fénix resurge de sus cenizas en la zona occidental y ha comenzado de nuevo a cosechar víctimas.
“Aquí y en toda el área de Beni no ha habido casos desde hace algún tiempo , pero las noticias que nos llegan desde las regiones occidentales son muy malas, según los datos que tenemos disponibles, en la provincia de Equateur, ya se han registrado las primeras muertes . El Congo también se enfrenta al coronavirus y el confinamiento está causando un daño enorme a la economía ya frágil. Esperamos que el brote se contenga de inmediato, de lo contrario sería otra tragedia”.
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