Ahmedabad – “En la India, un tema particularmente importante es el relacionado con la acogida y las condiciones de vida de los refugiados: en los últimos meses, en el país la atención se ha centrado en los desplazados internos y apátridas, así como en los refugiados. La Ley de Enmienda de Ciudadanía , aprobada por ambas Cámaras del Parlamento a principios de diciembre de 2019, es claramente inconstitucional y discriminatoria contra ellos. Además, ha sido objeto de muchas críticas y protestas. Según el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la ley parece socavar el compromiso de igualdad ante la ley sancionada por la Constitución de la India”: así lo dice a la Agencia Fides el padre Cedric Prakash, jesuita indio y activista de derechos humanos, que acaba de recibir el premio especial otorgado por la Comisión para las minorías, en el gobierno de Delhi, por su compromiso en la promoción de los derechos humanos y de la integración social.
El jesuita señala que “la Convención para la eliminación de la discriminación racial, de la cual la India es un estado signatario, prohíbe la discriminación por motivos raciales, étnicos o religiosos”, mientras que la ley tiene un efecto discriminatorio en el acceso de las personas a la nacionalidad, seleccionándolas según su religión. “Es por eso que pedimos la revocación inmediata de la AAC, que podría dejar apátridas a un gran número de personas que viven en nuestro país”.
El p. Prakash señala que: “la pandemia ha puesto de relieve la difícil situación de los desplazados internos, especialmente los trabajadores migrantes. Desde el anuncio del bloqueo, una crisis humanitaria sin precedentes en la historia de la India moderna ha afectado gravemente la vida de los trabajadores migrantes. Millones de migrantes se han quedado varados, sin alimentos, dinero y refugio, tratando de regresar a sus hogares. Han sido objeto de violaciones de sus derechos fundamentales y, a menudo, de graves abusos en las fronteras interestatales. Al parecer muchos han perdido la vida por el bloqueo, ya sea agotados por el viaje de regreso a casa, por el hambre o inclusi por suicidio debido a la violencia policial, enfermedades o accidentes ferroviarios y de carretera”.
Mientras tanto, señala el activista, “la estrategia actual de las autoridades, en respuesta a este fenómeno, ha sido inadecuada y solo el 30% de los trabajadores han podido utilizar los trenes especiales que han sido establecidos para ellos. En este momento, el gobierno indio no parece tener ninguna estima sobre el número total de personas varadas o de camino a casa, a través del país. De manera extremadamente tardía, la Corte Suprema ha emitido una orden provisional sobre el transporte de migrantes”.
Luego el p. Prakash agrega: “la forma en que la India ha tratado al pequeño grupo de rohingyas que buscó refugio en India a raíz de su persecución en Myanmar es un caso evidente de cómo nos hemos vuelto inhóspitos como nación. Hoy la xenofobia, lo falso, el nacionalismo y el exclusivismo parecen haberse convertido en el orden del día. Esto se ve claro especialmente cuando se observa cómo son tratados en el país hoy las minorías, los adivasis, los dalits, las personas pobres y vulnerables como los trabajadores migrantes”.
Por último, el p. Prakash recuerda las reflexiones expresadas en varias ocasiones por el Papa Francisco, y señala: “Responder a la difícil situación de los refugiados y otros desplazados internos, en medio de la pandemia, es ciertamente un gran desafío. No se obtendrá mucho si los gobiernos siguen renunciando a su deber de responder a los gritos de estos pueblos. Debemos mostrar coraje y transparencia política para garantizar que estos últimos hermanos sean bienvenidos, protegidos, promovidos e integrados. Como última cosa podemos decir: la vida de los refugiados es importante”.
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