Temuco - Mons. Héctor Vargas Bastidas, Obispo de Temuco y Presidente de la Pastoral Indígena de la Conferencia Episcopal de Chile , en una entrevista publicada en el Diario Austral de la ciudad de Temuco el domingo 21 de junio, se refiere a los anuncios y las promesas hechas al mundo indígena sin llevarlos a cabo, en preparación para la celebración del Día Nacional de los Pueblos Indígenas, el 24 de junio.
En Chile, en 2015, la Presidenta Michelle Bachelet le pidió a Mons. Vargas la difícil tarea de liderar la comisión para Araucania, un territorio indígena en el país latinoamericano. La Comisión había logrado elaborar un plan muy concreto que involucraba al mundo mapuche en los ámbitos político, religioso, económico y social. En esta entrevista, el Arzobispo Vargas recuerda que precisamente en la proximidad de la fecha límite para definir un acuerdo entre el gobierno y los pueblos indígenas, todavía hay algunos puntos pendientes.
"Me parece que a lo largo de la historia, la relación con estos pueblos no ha podido satisfacer las necesidades de este enorme desafío. Un camino vacilante es quizás el resultado de una política de indecisión que genera una deuda con muchas heridas y consecuencias dolorosas no solo para el mundo indígena ", dijo el obispo Vargas.
"Es de destacar que los presidentes Bachelet y Piñera han pedido públicamente perdón a estos pueblos en nombre del estado. Sin embargo, ha habido poco progreso real en temas sustantivos, en lugar de medidas específicas, lo que crea confusión porque las promesas que el estado ha hecho a menudo permanecen sin efectos significativos ", denuncia el obispo de Temuco.
El prelado concluye con una actitud de esperanza: "Siempre hay un momento en que hay voluntad, diálogo y respeto mutuo de las partes, y en este escenario nadie debe ser excluido de contribuir. Se necesita un progreso particular en la voluntad real política, para definir soluciones y compromisos de honor, que no se perciben con la claridad necesaria, se requiere no solo por el bien de los pueblos, sino para toda la sociedad y por la enorme riqueza que significa la identidad de un Chile intercultural. Ademas la fe nos dice que todos somos hermanos, hijos del mismo Padre que está en el cielo ".
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