Manila – El principal camino para la evangelización de los cristianos en Asia, en el tiempo marcado por la pandemia, es “promover el amor a la Palabra de Dios”. Es la conclusión de la Word Conference 2020, un encuentro online organizado por misioneros claretianos en Filipinas y en el que han participado sacerdotes, religiosos y laicos de todo el país. El tema fue “Palabra y adoración”, tal y como explica a la Agencia Fides el padre Julius José Coching, director ejecutivo de la Claretian Communications Foundation, y promotor del evento. El objetivo de la conferencia fue ofrecer un camino de apoyo espiritual y misionero a los fieles que atraviesan esta emergencia sanitaria.
El obispo de Cabanatuan, monseñor Sofronio A. Bancud, presidente de la Comisión Episcopal para el Apostolado Bíblico, invitó a los fieles durante su intervención a vivir “inspirados por la Palabra de Dios en medio de la pandemia de coronavirus”. El obispo también animó a los participantes a promover la Palabra de Dios en sus respectivas comunidades: “La pandemia no debe afectar la misión de proclamar el amor incondicional de Dios a todos. Con Jesucristo, el Verbo hecho carne, estamos seguros de que nunca estaremos solos, incluso en los días más oscuros de nuestra vida”. El obispo de Cubao, monseñor Honesto F. Ongtioco también animó a los fieles a reflexionar sobre la Palabra de Dios, “luz de esperanza en estos tiempos inciertos”, invitándolos a “profundizar en el amor a la Escritura que es la Palabra viva de Dios”.
“El 2020 se ha caracterizado por eventos trágicos, como la pandemia. En medio de estos hechos, la Palabra de Dios es un punto de referencia sólido que nos ofrece refugio, protección y salvación”, destacó el padre Elias L. Ayuban Jr, Superior Provincial de los Claretianos en Filipinas.
“Aunque las iglesias están cerradas y nos falten las celebraciones litúrgicas, adoramos y alabamos a Dios acercándonos a la Palabra de Dios y a los necesitados en nuestra vida cotidiana. Este momento de crisis es un momento propicio para dar y entregarse uno mismo”, dijo Angeline Ong, participante laica.
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