Caracas - La Comisión Permanente del Episcopado Venezolano dirige un mensaje al pueblo de Dios ante las elecciones legislativas para la renovación del parlamento unicameral convocadas para el 6 de diciembre, reiterando lo ya dicho: “lejos de contribuir a la solución democrática de la situación política que vivimos hoy, se tiende a agravarla y no ayudará a resolver los problemas reales de las personas”, .
Al mismo tiempo, los obispos relanzan el llamamiento urgente “a todos aquellos que dedican sus esfuerzos a la política y a las distintas organizaciones de la sociedad civil, para que sigan realizando esfuerzos comunes para restaurar los derechos democráticos de la nación”. Por ello, recuerdan que todas las iniciativas son importantes y necesarias, como la consulta popular, ya que “las personas tienen pleno derecho a expresarse por los canales legítimos que garantiza la Constitución, expresando su opinión como auténtico sujeto social”.
Fieles a su ministerio como Pastores y como ciudadanos de Venezuela, los obispos invitan a “un serio discernimiento que nos lleve a la búsqueda de una solución justa, pacífica, democrática y concertada entre todos los venezolanos, a la multiforme crisis que afecta a Venezuela”. Por eso exhortan a no dejarse vencer por el desánimo, al contrario, “debemos seguir haciendo todo lo posible y trabajando por la unidad, la paz y la prosperidad de la nación, anteponiendo el bien común”.
En el mensaje, los obispos subrayan que “el pueblo venezolano ciertamente anhela un cambio pacífico en la situación, por lo que quiere expresarse votando en condiciones justas, equitativas e iguales. De lo contrario, dándose la espalda sin reconocerse y aceptarse, cualquier resultado fortalecerá más la confrontación que la búsqueda sincera de una solución de la que todos formen parte. Sin encuentro, sin reconocimiento mutuo y sin diálogo auténtico, no habrá solución que traiga bienestar y fraternidad”.
Los obispos se encomiendan a la intercesión del Venerable José Gregorio Hernández y de Santa María di Coromoto, la Madre amorosa que nos acompaña y que “nos ha dado el maravilloso regalo del gran libertador de toda la humanidad, cuyo nacimiento celebraremos la próxima Navidad, Jesús, el Señor”.
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