Ciudad del Vaticano – “En este momento de la propagación del COVID-19, estamos denunciando una realidad preocupante para las personas vulnerables que corren un riesgo mayor de ser víctimas de la trata”, ha declarado el secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, con motivo del Día mundial contra la trata de personas, que se celebra mañana 30 de julio.
“El hecho de que nuestra atención se centre hoy en la pandemia no debe impedirnos cuidar a las personas que son más vulnerables al tráfico y la explotación”, se lee en la nota enviada a Fides.
Según la Organización Internacional del Trabajo , hoy en el mundo hay más de 40 millones de víctimas de trata y explotación de personas. Una situación ya crítica, que la actual crisis de salud ha agravado, debido a la falta de la pérdida masiva de empleos resultante de las medidas gubernamentales implementadas para prevenir la propagación de COVID-19.
Como se puede ver en el documento enviado a Fides, la Confederación de 162 Caritas nacionales y la red cristiana contra la trata de personas COATNET subrayan cómo el COVID-19 ha centrado la atención de los gobiernos en el sector de la salud, evitando que se preste suficiente atención a los daños colaterales de la pandemia mundial, especialmente en los migrantes y trabajadores informales, que ahora están más expuestos aún al tráfico y la explotación. La falta de libertad de movimiento causada por el confinamiento y las restricciones de movimiento adoptadas en muchos países ha dado como resultado una menor probabilidad de escapar y encontrar ayuda para las víctimas de la trata de personas.
“Muchos filipinos y otros trabajadores extranjeros, que luchan por regresar a sus hogares después de perder sus empleos debido a COVID -19 y la actual crisis económica. Ahora están en fila frente a sus embajadas, sin ningún tipo de apoyo social o protección psicológica, y muchos de ellos incluso no tienen estatus legal” explica Gabriel Hatti, presidente de la oficina de Caritas en Medio Oriente y África del Norte, denunciando la difícil situación experimentada en el Líbano y otros países de Oriente Medio.
Además, debido a las medidas restrictivas, es más difícil para las asociaciones y autoridades identificar a las víctimas de la trata y la explotación, muchas de las cuales son menores. Durante la pandemia, de hecho, han aumentado los casos de violencia contra menores y el número de niños víctimas de explotación online, a los que están expuestos sobre todo cuando siguen lecciones a distancia con poca supervisión de los padres. Durante el encierro en India, por ejemplo, 92.000 casos de abuso infantil fueron reportados a las autoridades en solo 11 días. Por otro lado, los niños de familias económicamente desfavorecidas podrían verse obligados a mendigar en las calles, quedando expuestos a un alto riesgo de explotación.
Publicar un comentario