“Esta fiesta islámica - escribe el Cardenal iraquí en su mensaje breve pero cargado de referencias al presente - este año se celebra en medio de condiciones duras, mientras que la vida de los ciudadanos está bajo el peso creciente de la emergencia sanitaria y del sufrimiento social”.
La fiesta de Eid al Adha quiere conmemorar la prueba de obediencia a Dios realizada por Abraham, mostrándose dispuesto a sacrificar la vida del hijo Isaac, si esto correspondía a la voluntad de Dios. “Eid al-Adha” comenta el Patriarca caldeo “es una invitación a volver en sí mismos, arrepentirse y renovarse, sacrificando los intereses privados o de la propia facción, por el bien y el crecimiento de nuestro país y para custodiar la dignidad de nuestros ciudadanos”. En el tiempo de crisis que atraviesa Irak - se lee en el mensaje patriarcal –, Eid al-Adha representa “una oportunidad para unir energías en espíritu de responsabilidad nacional, cooperando con el gobierno actual y con todas las personas de buena voluntad, para superar la pandemia del coronavirus y todas las demás emergencias”.
En los últimos días, las protestas populares que han vuelto a estallar en las plazas iraquíes han estado marcadas por la muerte de al menos tres manifestantes, asesinados por la policía. El jefe del gobierno, Mustafa al Kadhimi, ha prometido realizar una investigación sobre el comportamiento de los agentes que mataron a los manifestantes, mientras que dos altos oficiales del ejército iraquí fueron asesinados en la provincia de Anbar durante una emboscada yihadista. A nivel institucional, la convocatoria de elecciones anticipadas en 2021 se ve obstaculizada por tácticas dilatorias de muchos parlamentarios que, según varios comentaristas, temen no ser reelegidos y se oponen al plan gubernamental que ellos mismos habían aprobado.
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