Bamenda – Se han vuelto a reavivar las esperanzas de paz en Camerún. En la primera semana de julio, se han celebrado reuniones entre representantes oficiales del gobierno y separatistas de las regiones de habla inglesa de Camerún, lo que ha creado una perspectiva para el cese de las hostilidades, algo que no se habís podido lograr ni siquiera durante el periodo de bloqueo por la pandemia. La Agencia Fides, ha contactado a mons. Andrew Nkea, arzobispo de Bamenda, capital de las regiones de habla inglesa, quién ha comentado la importancia del encuentro: “Me han confirmado directamente algunas de las personas presentes en la reunión, que está tuvo lugar en un ambiente muy relajado y que las conversaciones fueron francas y claras. Julius Ayuk Tabe, líder de Ambazonia, fue sacado de su celda solo para poder participar en la reunión.
Sus condiciones para garantizar el alto el fuego son tres: que los militares abandonen las regiones de habla inglesa y entreguen el control de seguridad a la policía; que todos los prisioneros asociados con la cuestión anglófona sean liberados; que se proclame una amnistía para todos los separatistas en el exilio. Creo que el gobierno está considerando seriamente las propuestas también porque se ha dado cuenta de que con el uso de la fuerza el problema nunca se resolverá”.
Ambazonia es la región que toma su nombre de Ambas Bay, la bahía del río Mungo que en la época colonial marcaba la frontera entre el Camerún francés e el inglés. En 2017 se autoproclamó una república independiente y desde entonces ha habido enfrentamientos muy serios que han causado más de 3.000 muertes y cientos de miles de refugiados.
El Arzobispo continúa explicando: “Obviamente no pueden dar un calendario preciso, pero los separatistas han dicho que están listos en cualquier momento y esperarán el asentimiento del gobierno. El gobierno estaba representado por uno de los responsables de la seguridad nacional, pero detrás de él, está directamente el primer ministro Joseph Ngute”. La reunión se ha celebrado en la residencia del arzobispo de Yaundé Jean Mbarga, como testimonio del papel activo de la Iglesia a nivel histórico, en la búsqueda de la reconciliación y la paz. “La Iglesia no es un actor principal, sino que trabaja constantemente detrás de la escena. Durante mucho tiempo hemos estado operando, en todos los niveles, para fomentar el diálogo, aprovechando el hecho de que ambas partes nos tienen un profundo respeto. Creen en nuestra 'neutralidad interesada' y piensan que quizás somos el único interlocutor que puede llevar al país a una paz estable. Aunque los representantes de la Iglesia no se sienten a la mesa de negociación, continuamos en todos los sentidos alentando el diálogo y la búsqueda de un camino de negociación que sustituya definitivamente a las armas”.
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