Almaty – “El vertiginoso aumento de contagios de Covid-19 que se ha producido en Kazajstán desde el 1 de julio nos ha llevado a pedir apoyo internacional en el lanzamiento de un proyecto de emergencia. Actualmente en Kazajstán la situación vinculada al Coronavirus es muy crítica, sobre todo en las zonas periféricas del país. Los médicos están haciendo lo que pueden y tienen que lidiar con la escasez de medicamentos y equipos. Para responder a esta situación, como Caritas, hemos identificado un centro de coordinación general en la ciudad de Almaty y otros puntos de acción, en las diócesis de Nur-Sultan, Karaganda y Atyrau. Paralelamente, estamos dialogando con médicos italianos que puedan diagnosticar y prescribir terapias gracias a la telemedicina. Para conseguir la llegada de medicamentos, en cambio, debemos esperar la intervención de la Embajada italiana en Kazajstán. Esta es una respuesta inmediata a la emergencia, pero esperamos que de aquí nazca una estructura estable que pueda garantizar la asistencia sanitaria, sobre todo en las zonas rurales, sin ninguna posibilidad de tratamiento médico”. Es lo que cuenta a la Agencia Fides don Guido Trezzani, misionero en Kazahstan y Director nacional de Caritas en el país de Asia Central. La Iglesia local ha elaborado el proyecto "Stop Covid Kazakhstan", enviado a Caritas Internationalis y compartido con la Agencia Fides.
La fase operativa del proyecto será encomendada a tres personas que trabajarán en él a tiempo completo, tratando de implicar al mayor número posible de voluntarios en las diversas diócesis: “Estamos seguros de que serán muchos los que responderán a nuestro llamamiento, porque tenemos testimonios continuos de que la población es consciente de la responsabilidad de cada persona en la búsqueda de soluciones a la emergencia”, afirma don Trezzani.
Además, se han identificado los agentes locales, útiles para acelerar las ayudas: entre ellos se encuentran médicos, enfermeras, empresarios, la compañía aérea nacional y un proveedor de conexión a Internet.
Según lo documentado en el Informe enviado a la Agencia Fides, después de una primera fase de bloqueo que finalizó el pasado 4 de mayo, la situación sanitaria kazaja ha empeorado dramáticamente porque parte de la población habría subestimado la emergencia e ignorado las medidas anti-Covid de base, como la higiene de las manos y el respeto de la distancia de seguridad: “Ya en condiciones normales, la asistencia sanitaria no estaba en condiciones de ofrecer respuestas adecuadas a las necesidades de la población, en particular en las periferias. A día de hoy, el sistema está literalmente colapsando”, observa alarmado don Trezzani. En este contexto, además, se han producido a nivel nacional casos de corrupción y tráfico de medicamentos por parte de farmacias, médicos o funcionarios de las administraciones municipales: “El propio Presidente ha condenado públicamente estos hechos, iniciando acciones legales contra las personas implicadas”, se lee en el documento. Mientras se trabaja para la realización del proyecto de emergencia, la Iglesia kazaja está proporcionando ayuda a las familias que han quedado en la pobreza a causa del bloqueo, distribuyendo alimentos y, donde es posible, también medicamentos.
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