Kalaw – “Los dormitorios de nuestra escuela albergan también a jóvenes budistas o musulmanes. Por lo demás, el mensaje de nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, es abrirse a los demás en paz”. Lo explica a la Agencia Fides el padre Lucas Maung Hla, desde hace tres meses sacerdote de la Iglesia de Cristo Rey en Kalaw, en la archidiócesis de Taunggyi, en el centro de Myanmar, antigua estación termal de la época colonial elegida por los británicos por el clima templado y fresco, gracias a sus 1300 metros de altitud.
Como vicepárroco el padre Lucas Maung Hla - sacerdote birmano que siguió sus estudios en el seminario de Loikaw, de donde proviene la mayoría de los sacerdotes locales - comenzó a prestar servicio apostólico en Kalaw tras el fallecimiento del padre Paul Paw, párroco durante muchos años en Kalaw, apreciado por haber iniciado un orfanato y un centro de acogida para niños anexo a la parroquia, en el territorio de la archidiócesis de Taunggyi, capital del estado birmano de Shan.
La iglesia de Cristo Rey es una construcción de los años Treinta que se debe al padre Angelo Di Meo misionero italiano del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras , llegado en 1931 a Kalaw y muerto después de 69 años de misión en Myanmar, dejando en el territorio una extraordinaria herencia de fe y caridad.
Cada domingo la iglesia de Cristo Rey acoge a unos 400 fieles de más de treinta familias esparcidas por las aldeas alrededor de Kalaw, pero en los días laborables toda la zona alrededor del templo es teatro de juegos de niños que, en el período escolar, pueden utilizar un dormitorio tanto para asistir a la escuela administrada por el p. Lucas como para poder seguir los cursos de otros institutos en la ciudad. “Ahora tenemos una quincena. Son chicos que viven lejos y algunos tienen solo a uno de sus padres. Pueden dormir y comer aquí y asistir a nuestra escuela que ahora cuenta con 25 estudiantes”. Gestionar la estructura no siempre es fácil “pero algunos donantes, instrumento de la Providencia de Dios, nos permiten continuar esta obra”, dice el padre Lucas.
La Iglesia de Cristo Rey no es ciertamente la única realidad religiosa de Kalaw en una ciudad donde la mayoría de los habitantes son budistas, como en el resto del país. Pero Kalaw, a 50 kilómetros del famoso sitio turístico del lago Inle, tiene una particularidad: la presencia de comunidades de diferentes credos - musulmanes suníes y chiíes, hindúes, católicos, protestantes, budistas - que viven en total armonía. “Cuando tenemos nuestras fiestas religiosas - explica a Fides Shankar, miembro de una importante familia india que llegó con los británicos en el siglo XIX para construir el ferrocarril - nos invitamos unos a otros. Y, cada vez, la comunidad que invita prepara la comida para los invitados de acuerdo con las normas alimenticias de la comunidad anfitriona”. Lo confirma Paolo Felice, agrónomo italiano que se ha trasladado a Kalaw desde hace varios años, diciendo a su vez que “Aquí la gente vive en armonía y se puede encontrar un templo sikh, la iglesia católica y la bautista y por supuesto la pagoda budista, todas unidas por el respeto, la armonía y la solidaridad”.
La mezquita de Kalaw está a unos cien metros de la pagoda de Aung Chan Tha Zedi, famosa por sus pequeños mosaicos de cristal. Los musulmanes dirigen varias actividades comerciales junto a la mezquita, que ahora está cerrada, como todos los templos de la ciudad, debido a las restricciones vinculadas al Covid-19. También a la Iglesia de Cristo Rey, círculos rojos marcan la distancia física que hay que tener para quien visita las estructuras eclesiales. La experiencia de convivencia interreligiosa en Kalaw, aunque es una excepción por la cantidad de credos religiosos, no es el único ejemplo en Myanamar: en la nación están diseminados lugares, pueblos y territorios que son un crisol de comunidades religiosas que, como en Kalaw, conviven en perfecta armonía.
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