Sydney - Ofrecer información sobre la prevención del COVID-19 y servicios básicos de higiene en el área de Cox’s Bazar, Bangladesh, donde están acampados más de un millón de refugiados étnicos rohingya de Myanmar. Es el compromiso de la Iglesia Australiana, activa en Bangladesh con proyectos relacionados con la atención médica, los derechos humanos y la protección de la creación. Como recoge Fides, la ciudad de Cox’s Bazar, un área de muy alta densidad demográfica, afectada por el ciclón Amphan, está experimentando un aumento de contagios de coronavirus a los que se unen una fuerte temporada de monzones. En este contexto, la situación de los refugiados rohingya que llegaron a Bangladesh desde la vecina Myanmar en 2017 para escapar de la brutal represión, es precaria. En los campos de refugiados ubicados en la ciudad bengalí, se vive en condiciones dramáticas: “Los refugiados viven en zonas superpobladas y carecen de todo lo esencial: alimentos, agua limpia, baños adecuados y educación. El distanciamiento social es casi imposible: los datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados muestran que el 93% de la población vive por debajo del estándar de emergencia de 45 metros cuadrados por persona. Al mismo tiempo, el agua, el jabón y las máscaras son escasos”.
Para compensar estas deficiencias, Cáritas Australia y sus socios nacionales han instalado áreas especiales para el lavado de manos y la distribución de jabones y mascarillas. También inodoros y pozos de agua.
Según Eleanor Trinchera, coordinadora del programa Cáritas Australia para Bangladesh, Nepal y Filipinas, el personal y los voluntarios trabajan incansablemente para responder a la emergencia: “Las instalaciones sanitarias en los campamentos son limitadas, por lo que algunas áreas de recepción se han convertido en zonas de cuarentena. Actualmente, los rohingya están extraordinariamente expuestos a condiciones de hacinamiento, desastres naturales, salud y nutrición inadecuadas. Todo esto dificulta los esfuerzos para frenar la propagación del virus pese a que estamos haciendo todo lo que podemos”.
Activa desde 1964, Cáritas Australia, que depende directamente de la Conferencia Episcopal, responde a emergencias humanitarias de alrededor de 23 países proporcionando asistencia inmediata a las comunidades afectadas y proyectos de reconstrucción a largo plazo.
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