México - "Somos conscientes de que el año 2020 va a dejar una huella en la historia del mundo y de México por la pandemia del COVID-19, que ha traído el dolor a innumerables hogares y ha afectado gravemente la economía de las familias. Este año, también ha traído a México otra peste mortal: la violencia y la inseguridad que han alcanzado niveles nunca vistos, sea por su cantidad, frecuencia y crueldad, y no podemos quedarnos indiferentes ante ello", Con estas palabras comienza la declaración de los obispos de México publicada ayer y enviada a Fides.
"Observamos a la “cultura de la muerte” que está golpeando fuerte y repetidamente el corazón del pueblo mexicano y que se manifiesta, entre otras formas: En actos de violencia, cada vez más numerosos y cruentos. En considerar a la vida de un hijo como si fuera derecho de un adulto. En volvernos insensibles ante la eutanasia, en la ruptura de las familias. En los esfuerzos por legalizar los estupefacientes y otras drogas. En la difusión de una visión pobre y distorsionada de la sexualidad. En la corrupción. En la trata de personas con fines de explotación sexual o laboral. En la indiferencia de algunos ante la pobreza. Y en el abuso y daño de la naturaleza por el consumismo extremo. Estos signos, no intentan ser un diagnóstico exhaustivo, sino la exposición de algunas de las manifestaciones más visibles de los desafíos que enfrentamos como país, en relación con la dignidad de la persona humana", si lee en el documento.
"Por eso como Iglesia, nos comprometernos a favor de la vida y la dignidad humana".
Después de sugerir algunas formas de resolver estas situaciones extremas con urgencia, los obispos piden un cambio de actitud ante la violencia."Los obispos buscamos iluminar las conciencias de cara al bien y a la verdad. En ejercicio de nuestros derechos inalienables y de nuestro ministerio como Pastores continuaremos predicando el Evangelio de la Vida, tanto en público como en privado, recordando que Jesús nos ha dado un mandato preciso: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio” . Les anunciamos que continuaremos colaborando con ellos y con muchos otros para promover la dignidad de cada persona humana, desde la concepción hasta la muerte natural", concluye el texto.
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