Carapeguá - El obispo de Carapeguá, Mons. Celestino Ocampo, lamentó que durante la pandemia, el crimen y la corrupción no se detuvieron, "son aliados inseparables de la impunidad". Lo hizo durante la misa celebrada en honor a San Buenaventura, el patrón espiritual de Yaguarón. La misa se celebró a puerta cerrada el 15 de julio. Luego se formó una procesión de vehículos conducida por un carro en el que se transportaba la imagen del Santo, adornada con flores.
Durante la homilía de la misa, el obispo de la diócesis de Carapeguá, dijo que la pandemia reveló muchas deficiencias en casi todas las instituciones, esto es "un hecho preocupante", y agregó que lamenta tener que tener en cuenta que incluso durante la crisis El crimen y la corrupción no han cesado. Monseñor Ocampo enfatizó que es triste saber que en lugar de dirigir todos los recursos estatales para aliviar las necesidades urgentes de salud, muchas personas planean cosechar los beneficios para beneficios personales o sectoriales. "Manipulan las ofertas, asignan compras a amigos, aumentan descaradamente los precios de los productos", se quejó.
El prelado señaló que hay personas muy honestas que son responsables de sus funciones, que quieren hacerlo bien, pero "a veces el entorno no hace que las cosas funcionen". Luego advirtió: "si no se superan las injusticias y las iniquidades y si la corrupción continúa acompañada de impunidad, desafortunadamente los ricos se volverán más ricos a expensas de los pobres, que se volverán cada vez más pobres". "Estos males son mucho más peligrosos y mortales que el coronavirus", enfatizó.
Ante estos males, el cristiano no puede permanecer indiferente. "Debemos alzar nuestra voz profética anunciando la palabra de Dios y denunciando los males que nos afligen, pidiendo justicia para todos", concluyó.
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