Manila – “Estuve aquí, en estas mismas calles con una multitud de personas el 24 y 25 de febrero de 1986, hace 34 años, cuando aún era un joven seminarista. Hoy he regresado como un gesto de protesta. A pesar de los temores relacionados con el Covid-19, la gente ha salido a las calles, manifestando, gritando, creando cualquier tipo de ruido. Puedo sentir de nuevo lo que sentí durante los días del People Power: la emoción, el disgusto, la ira, el compromiso de los jóvenes”. Así comienza la nota del sacerdote vicentino, el p. Daniel Franklin Pilario, CM,
profesor en la Escuela de Teología de San Vincente y en la Universidad Adamson. En su mensaje enviado a la Agencia Fides, el sacerdote cuenta que está reviviendo el clima político y social de 1986, cuando la población salió a la calle, en la llamada "Revolución de los Rosarios" en un vasto movimiento popular que puso fin a la dictadura de Ferdinando Marcos. “El 'No' emerge de las profundidades de nuestra humanidad cuando se viola nuestra fibra moral. Decimos que todo esto está mal y nos movilizamos en protesta”, explica el padre vicentino.
El p. Pilario cita el caso de la emisora ABS-CBN, a la que el Parlamento - donde el partido del presidente Duterte tiene la mayoría -, no ha renovado la concesión para la retransmisión, en lo que ha sido definido como “una venganza personal del presidente”, dada las críticas expresadas por ese canal mediático hacia él. Y afirma: “¿Cuántas veces en este país veremos que la ley se usa para matar a los pobres? No, no ha destruido a los oligarcas en este país; ha matado a los pobres”. El religioso vicentino recuerda: “Me uní a los pequeños grupos de 20-30 trabajadores cuando era estudiante. Hoy estamos hablando de 11.000 trabajadores y muchos otros sin futuro. Son muchas las víctimas de este gobierno que merecen nuestro apoyo. Es hora de levantarnos y hacer oír nuestras voces. Ante el mal, el silencio es un sí al status quo. La neutralidad significa ser cómplice del poder”.
Y concluye, hablando en nombre de muchos sacerdotes y religiosos filipinos: “Yo también protesto contra esta ley peligrosa e injusta. Lloro por las ejecuciones extrajudiciales que veo de cerca, por las viudas y los huérfanos. Y digo 'No' a todas las acciones de este gobierno que están en contra de la sensibilidad humana que mis padres, mis maestros y mis guías espirituales me han enseñado en la vida. Es hora de resistir”.
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