El Obeid - “La primera buena noticia que se puede comunicar es que el alto el fuego aún se mantiene en el país. Por supuesto, todavía hay muchos aspectos que abordar y también algunos brotes de conflictos interétnicos o tribales en Darfur que nunca antes habían sucedido, pero podemos decir que estamos satisfechos. Es esencial superar el concepto de ‘Estado religioso’ para construir una paz estable y dar a la nación una identidad. Desde un punto de vista político, considero un gran paso adelante el hecho de que esta semana los 18 gobernadores estatales han sido nombrados y todos son expresión de la sociedad civil: es la primera vez, y además, dos de ellas son mujeres”: así lo dice Mons. Yunan Tombe Trille, obispo de El Obeid, Sudán, presidente de la Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur, hablando sobre la nueva fase política por la que atraviesa el país africano, las perspectivas de paz y la situación de la Iglesia.
Sudán continúa, de hecho, en el proceso de democratización y modernización. El 11 de julio, el general Abdelfattah El Burhan, presidente del Consejo Soberano, firmó una serie de medidas que van más allá de algunas de las reglas más controvertidas basadas en la sharia e introducen principios que aumentan las garantías de los ciudadanos y reducen la discriminación y las violaciones de derechos. El camino aún es largo pero el que se ha emprendido es el resultado de la mediación para los procesos de paz entre el ejecutivo y los grupos armados en acción en Kordofán del Sur, Darfur y el Estado del Nilo Azul.
Según el obispo Tombe Trille, el tema femenino como el de las libertades civiles asume un papel decisivo en esta fase de transición democrática y algunas de las medidas adoptadas por el gobierno, como la abolición de la pena de muerte para los ciudadanos de fe islámica que se convierten a una religión diferente y las reglas que someten las mujeres a los hombres van en la dirección correcta.
“Hay señales positivas hacia la libertad de expresión y se ha criminalizado definitivamente la práctica de la mutilación genital femenina. Durante la pandemia, por primera vez, los cristianos han sido considerados al mismo nivel que los musulmanes y las declaraciones sobre el culto o las precauciones a tomar, equiparadas sin distinción de fe. Esto nos tranquiliza. Sin embargo, quedan algunas cuestiones por abordar, como la cuestión de los bienes confiscados a la Iglesia en el pasado, o el hecho de que todavía no tenemos interlocutores directos en el gobierno para cuestiones relacionadas con la vida de la Iglesia”.
El obispo concluye con una perspectiva de esperanza: “Estamos saliendo de muchos años de dictadura y lleva tiempo que las cosas definitivamente tomen la dirección correcta. Esperamos que pronto tengamos un Parlamento soberano que legisle en defensa de la población y que finalmente podamos hablar de Sudán como país en paz”.
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