Del mismo modo, el cardenal Leopoldo Brenes invitó a los devotos, prometedores y tradicionalistas a evitar llevar a cabo cualquiera de estas actividades debido a las limitaciones que la crisis de salud nos impone, "posponiendo estas celebraciones para otro momento oportuno". En cambio, lo invita a conmemorar las celebraciones, con verdadera devoción, unidos espiritual y virtualmente a través de los medios de comunicación a nuestra disposición ".
El cardenal instó a conmemorar todas las fiestas patronales de la Arquidiócesis de Managua desde el hogar, "como iglesia doméstica", con la devoción y la creatividad de nuestro amor por Cristo, la Santísima Virgen María y nuestros santos patronos.
En cuanto a los devotos que, año tras año, participan para cumplir sus promesas con el santo patrón de Managua, el cardenal Brenes dijo que "con la autoridad eclesiástica de mi oficio pastoral, ante imposibilidades físicas y morales, les concedo a los fieles de reemplazar o renunciar este año, las promesas y votos con los tiempos y los actos de oración, penitencia y caridad, como una oferta de amor al Señor y a nuestros santos intercesores por las peticiones de nuestros corazones como creyentes ".
Además, Brenes llamó a los creyentes a ser "un ejemplo de responsabilidad, solidaridad y colaboración frente a los desafíos de este momento. Pido a todos los fieles que sean un ejemplo de respeto, unidad y piedad".
Según datos oficiales del Ministerio de Salud , los casos de coronavirus en el país son de 2.846 y 91 muertes. Pero los registros de organizaciones independientes cuestionan estos números. El Observador Ciudadano, por ejemplo, registra 7.893 infecciones y 2.225 muertes sospechosas de Covid-19 el 8 de julio.
La Iglesia Católica ha sido y sigue siendo uno de los promotores de evitar reuniones de personas que conducen a posibles contagios del coronavirus, manteniendo suspendidos los servicios de presencia religiosa y celebrando misas sin audiencia y transmitidas a través de sus redes sociales.
La fiesta
Es la fiesta más grande y popular en Nicaragua, la que se celebra en honor a Santo Domingo de Guzmán.
Miles de devotos en la madrugada viajan al templo en honor a Santo Domingo de Guzmán, en el sureste de Managua, para participar en la peregrinación anual más grande de Nicaragua, que se extiende durante unos diez kilómetros durante el día hasta el centro histórico de la capital nicaragüense.
El objetivo de la peregrinación es transferir la pequeña imagen de Santo Domingo de Guzmán, de unos 18 centímetros de altura, a una parroquia que lleva su nombre en el norte de Managua, donde permanecerá durante diez días.
Como es tradición, la música filarmónica establece el tono festivo y los creyentes bailan a medida que avanzan hacia el norte de Managua, alrededor de la imagen, que es sacudida por los cargadores, como un símbolo de alegría.
Los católicos más fieles, pero también los laicos, participan en la peregrinación, que paga las promesas a Santo Domingo de Guzmán por los milagros recibidos, como salvarlos de una enfermedad mortal, liberarlos de un momento de peligro o salvarlos de una situación precaria.
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