Jerusalén - El gobierno jordano ha deplorado el incendio provocado el viernes 4 de diciembre en Jerusalén contra la Basílica de la Agonía, al pie del Monte de los Olivos. El embajador Daifallah al Fayez, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Jordania, ha emitido un comunicado en el que condena el acto delictivo y pide a las autoridades israelíes, como “potencia ocupante”, que “respeten sus obligaciones en conformidad con la ley internacional, en relación con la protección de los lugares de culto. En este sentido, la declaración del representante del gobierno jordano también reitera el papel reclamado por el Monarca del Reino Hachemita de Jordania como “protector” de los Santos Lugares islámicos y cristianos de la Ciudad Santa.
A primeras horas de la tarde del viernes 4 de diciembre, mientras en la Basílica del Santo Sepulcro se realizaba la solemne toma de posesión del nuevo Patriarca de Jerusalén de los Latinos, el arzobispo Pierbattista Pizzaballa, no muy lejos de allí, dentro de la Basílica de la Agonía, se estaba perpetrando un acto incendiario, dando fuego a algunos bancos rociados primero con líquido inflamable.
La policía israelí, convocada por los Padres Franciscanos de la Custodia de Tierra Santa que están a cargo de la Basílica, detuvo en Jerusalén al presunto autor del incendio, que según ha informado la prensa israelí es un judío residente en Gilo, uno de los barrios construidos en los últimos años en los Territorios Palestinos entre Jerusalén y Belén.
El domingo 6 de diciembre, a las 10 de la mañana, el Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, presidió una concelebración eucarística en la Basílica de la Agonía, como acto de reparación por el ultraje sufrido a ese lugar de culto.
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