El número de visitantes y la apreciación son una señal del deseo de cultivar la convivencia en un momento difícil para los indonesios: el gobierno acaba de decidir que este año, precisamente por la pandemia y el cierre de La Meca y Medina, la tradicional peregrinación no se hará. El anuncio fue hecho el 2 de junio por las autoridades y es una mala noticia para la cuota reservada para Indonesia: 221 mil peregrinos en la lista de "Haji", el viaje que todo buen musulmán debe hacer al menos una vez en su vida . Muchos ya habían pagado la cuota para el viaje , un precio "político" que es controlado y administrado por el gobierno, que ahora tendrá que hacer el reembolso.
En lo que se refiere al Covid-19, el país todavía está en plena lucha: el 3 de junio en Indonesia se registraron 27.549 casos y 1.663 muertes: números que aún son bajos para un archipiélago de 270 millones de personas. En el país existe una gran controversia por la falta de pruebas para constatar las causas de las muertes, o los contagios, así como por la movilidad interna, que es muy difícil de controlar.
La situación es tan compleja que el presidente Joko "Jokowi" Widodo ha decidido usar el ejército para mantener la distancia física y hacer respetar las normas del bloqueo. La decisión ha sido ampliamente criticada por la opinión pública, ya que se teme que el gobierno tome un giro autoritario. Los observadores ven el riesgo de que el presidente "Jokowi" reduzca o cancele la ley sobre la autonomía de las provincias, una de las grandes victorias de la "Reformasi", el período posterior a los treinta años de dictadura de Suharto, dando un paso atrás en este joven proceso democrático
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