ASIA/SRI LANKA - La comunidad católica se moviliza para ayudar a los pobres y por la recuperación económica, en medio de la emergencia Covid-19

Colombo - La comunidad católica de Sri Lanka se ha movilizado para dar asistencia a las familias pobres y a las personas más vulnerables, afectadas por el impacto socioeconómico de la emergencia sanitaria de Covid-19. Según la información de la Agencia Fides, las comunidades, diócesis, parroquias, congregaciones religiosas y asociaciones se han organizado para proporcionar comida a las familias indigentes durante el toque de queda impuesto por el gobierno. Además, se suministran artículos de higiene, dispositivos de protección individual, y se ofrece asistencia médica gratuita, especialmente para mujeres, niños y ancianos.
"Hemos intensificado las intervenciones en coordinación con las diócesis", explica a la Agencia Fides el padre Mahendra Gunatilleke, Director nacional de Caritas Sri Lanka. "De acuerdo con nuestros partner, generosos al destinar fondos en respuesta a esta crisis - explica el sacerdote - nuestros esfuerzos van en dos direcciones: socorrer a los necesitados con ayuda humanitaria; construir y organizar actividades que puedan servir para mitigar el impacto social de la crisis sanitaria y preparar una recuperación económica sostenible"
La actual crisis provocada por la epidemia de Covid-19 ha tenido graves repercusiones socioeconómicas. Mientras que el Gobierno de Sri Lanka está levantando gradualmente las duras restricciones impuestas durante casi ocho semanas para relanzar la economía, todavía no se sabe con certeza cuándo estará bajo control el brote de la enfermedad.
En tres distritos de la provincia occidental, Colombo, Gampaha y Kalutara, el impacto de la crisis ha sido más grave: en esta parte del territorio se registra la mayor concentración de población del país y las pequeñas y medianas empresas, que emplean más del 50% de la mano de obra total del país. En la nación el trabajo asalariado diario es el más afectado y muchas familias no tienen la posibilidad de ganarse el pan cotidiano.
Además, debido a la restricción del transporte, es difícil transportar los productos agrícolas a los mercados y los precios en las zonas urbanas se mantienen altos. La crisis ha sido un duro golpe para los agricultores. La agricultura representa alrededor del 8% del PIB de la economía, pero la mano de obra empleada en este sector es de alrededor del 28%. La crisis actual ha afectado gravemente a todos los que vivían gracia a rentas vinculadas a la actividad agrícola. Esto ha interrumpido los medios de subsistencia, las cadenas de suministro y el flujo económico de las familias más pobres. Los trabajadores jornaleros con salario diario están desempleados, mientras que la vulnerabilidad de las mujeres pobres y de los niños ha aumentado.
En Sri Lanka, las personas de 60 años o más representan alrededor del 16 % de la población, un segmento de población que parece tener más probabilidades de padecer enfermedades graves relacionadas con el virus y de experimentar tasas de mortalidad más elevadas. El nivel de riesgo más elevado de las personas de edad avanzada se ve agravado por su escaso acceso a los servicios y a la asistencia sanitaria.
Entre los efectos de la crisis, Pushpa Ramyani De Soysa, enfermera responsable del servicio de asistencia de enfermeros en el Hospital Nacional de Colombo, ha expresado su preocupación por el aumento de la violencia doméstica contra las mujeres que son maltratadas durante el toque de queda. La organización "Women in Need" afirma que entre el 16 de marzo y el 1 de abril de 2020 ha recibido numerosas llamadas en referencia a maltratos en ambiente domestico mientras que la National Child Protection Authority ha registrado el aumento de denuncias por abusos a menores. El desafío de vivir en espacios pequeños y demás motivos de estrés aumenta el peligro de que padres y adultos sometan a los niños a violencia.
El gobierno de Sri Lanka ha creado dos estructuras para hacer frente a la crisis actual. Son el "National Operations Center for Combat COVID-19" y la "Presidential Task Force for Economic Revival and Poverty Eradication". El ejecutivo ha adoptado medidas para activar la economía e implementar la salud, la seguridad y la distribución de alimentos, aun así, la atención a los grupos vulnerables no es suficiente para preservarlos del peligro de sufrir el hambre. .


Agenzia Fides
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