Sacrofano – El padre Fabrizio Meroni, PIME, Secretario general de la Pontificia Unión Misional , Director del Centro Internacional de Animación Misionera y Director de la Agencia Fides, se dirigió a la Asamblea General de las OMP celebrada en Sacrofano el jueves 31 de mayo.
“Durante el período de cinco años 2015-2020, el estudio y discernimiento destinado a la renovación radical de la animación misionera de la PUM y el CIAM se basan en el esfuerzo de cooperación constructiva por la necesidad de formación continua de las Iglesias particulares vinculadas a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos . El 2016 ha estado caracterizado por la obra de encuentro, de visita y de escucha que se encamina hacia la comprensión y el análisis de la actividad de formación misionera y sus necesidades potenciales. Hemos tratado de entender las necesidades reales de formación continua de las iglesias locales y las posibilidades de la PUM y el CIAM de dar una respuesta. A partir de este trabajo, ha sido posible identificar los supuestos sobre los que estructurar la acción sobre las actividades de formación programadas y diseñadas para responder eficazmente a las necesidades cambiantes de la evangelización”.
A través de la mediación de los directores nacionales de las OMP y, con las visitas a las Iglesias locales, se ha establecido un diálogo que es la condición indispensable para delinear la reforma de estas instituciones de modo que puedan responder a las necesidades reales de los misioneros. En 2017 se comenzó la colaboración ad experimentum con iniciativas y actividades educativas en las Iglesias locales de África, Asia y Oceanía, asegurando el apoyo en los contenidos, metodológica y necesidades económicas, “para la creación de cursos e intervenciones dirigidas a la formación misionera del clero , de los religiosos y de los laicos comprometidos pastoralmente en profesiones seculares”.
El padre Meroni ha señalado que, en el marco de la formación permanente misionera “la PUM, que favorece la formación a nivel diocesano y nacional en plena conformidad con los obispos locales, y el CIAM quieren ofrecer oportunidades de formación misionera con mayor atención universal, conectando y transmitiendo los recursos, las experiencias y las reflexiones provenientes de distintas partes del mundo, de diferentes comunidades cristianas y de experiencias culturales y religiosas heterogéneas”.
Los cursos de formación organizados a nivel local tienen por objetivo “garantizar que la animación misionera se incluya en el tejido normal de la vida de las comunidades cristianas y que pueda responder a las necesidades reales de formación para el crecimiento de su fe y de su testimonio cristiano”. El desarrollo de los recursos humanos locales, regionales o continentales, permite incentivar y, apoyar también económicamente, la preparación de los misioneros y la apertura a la universalidad de la fe cristiana que no debe dejar de responder a las necesidades y exigencias contextualizadas. “Queremos superar el halo exótico-heróico de la misión,- indicó-, para servir a la vida cristiana de los fieles laicos, del clero y de los miembros de las comunidades religiosas, afrontando los desafíos diarios del anuncio y del testimonio sobre la experiencia vivida”.
Las propuestas de la formación misionera del CIAM giran, en este período experimental de cinco años, en torno a dos modalidades: ofrecer una formación misionera a los directores nacionales y diocesanos de las OMP, junto a sus colaboradores, en campos como el lingüístico; organizando actividades culturales misioneras con el formato de Seminario de Estudio ; y centrándose en temas y realidades que se presentan como desafíos actuales a la misión de la Iglesia en los distintos contextos geográficos y socioculturales. En la parte final de su discurso, el padre Meroni ilustró el procedimiento, creado ex novo, para la solicitud de intervenciones para iniciativas de formación misionera permanente.
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