Manila - Más de 200 sacerdotes y pastores de otras denominaciones cristianas católicas de Filipinas han solicitado poder llevar un arma. Así lo anunció el Director General de la Policía de Filipinas, Oscar Albayalde. Según los datos publicados, la oficina de policía que emite licencias de posesión de armas de fuego recibió en el último año solicitudes de 188 sacerdotes católicos y 58 ministros de otras comunidades cristianas.
“Como autoridad competente, podemos atender las solicitudes debidamente cumplimentadas, lo que permitiría la posesión de armas a los miembros del clero y jefes de las congregaciones religiosas”, aseguró Albayalde, especificando que hasta ahora ninguna de las solicitudes se ha aprobado.
La solicitud de armas de fuego entre los sacerdotes se dispararon debido a los asesinatos de tres sacerdotes en los últimos seis meses. . Albayalde aclaró que la policía no está al tanto de amenazas de muerte contra estos sacerdotes que han pedido poder llevar armas y ha especificado que la policía también está disponible para “formar a los líderes religiosos que deseen poseer armas de fuego”. De acuerdo con la nueva ley sobre la posesión de armas, los sacerdotes se encuentran entre los profesionales que pueden portar armas de fuego. La medida, firmada por el ex presidente Benigno Aquino III en 2014, estipula que entre los profesionales que puedan llevar armas se encuentran periodistas, contables, abogados, abogados, médicos y otros.
En los últimos días, los obispos y los líderes religiosos han dicho que los sacerdotes y los agentes de pastoral no necesitan llevar armas de fuego para su propia protección o para su propia defensa . El obispo José Oliveros, al frente de la diócesis de Bulacan, dijo que los sacerdotes deberían ser “hombres de paz, no de guerra”. El presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, el arzobispo Rómulo Argüelles, dijo que los sacerdotes “siempre enfrentan el peligro de muerte en el ejercicio de su ministerio”, pero que no deben portar armas, sino que “deben estar listos para dar sus vidas en Cirsto”.
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