Beirut - El llamado “decreto de naturalización”, con el que el presidente del Líbano quiere otorgar la ciudadanía libanesa a 375 extranjeros, debe ser retirado ya que entre sus potenciales beneficiarios hay algunos nombres “sospechosos” que no garantizan el honor que conlleva la nacionalidad libanesa. Así lo afirma el patriarca maronita Bechara Boutros Rai, interviniendo de esta forma de manera decisiva en la polémica que sacude el país de los cedros con motivo de este “decreto de naturalización” por el que 375 ciudadanos de origen sirio, palestino e iraquí, en gran medida de estratos acomodados, obtendrían la nacionalidad. Entre ellos, habría 260 cristianos y 115 musulmanes.
A alimentar la controversia están contribuyendo las informaciones que apuntan a una investigación que los servicios de seguridad estarían haciendo sobre algunas personas de la lista muy cercanas al régimen sirio de Bashar al Assad. Las fuentes locales, contactadas por la Agencia Fides, hablan de informaciones provenientes de círculos políticos de Beirut que dejarían traslucir que la concesión de la nacionalidad libanesa a tales personalidades cercanas al gobierno sirio podría ser una estrategia para evadir el embargo económico y comercial internacional que penaliza a Siria.
El patriarca Bechara Boutros Rai había expresado sus objeciones al decreto de naturalización también en la homilía de la Misa celebrada el domingo 10 de junio, al término del Sínodo anual de los obispos maronitas. En esa ocasión, el Primado de la Iglesia Maronita señaló, entre otras cosas, que el decreto de naturalización es inconstitucional, ya que viola el preámbulo de la Constitución libanesa, que niega la concesión de la ciudadanía libanesa a “extranjeros sin ascendencia libanesa”. El patriarca maronita también volvió expresar sus críticas a la comunidad internacional por la falta de apoyo para el regreso de los refugiados sirios en su país.
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